El comunicador considera que en la actualidad “corremos contra la presión de la dinámica de los temas” y además, se tiene el desafío del ritmo vertiginoso que se le imprime a la información y las diferentes fuentes de acceso a las noticias.
“Partimos de la base de que la gente puede tener ya cierta noción de lo que sucede y en muchos casos se informan en tiempo real, a través de diferentes plataformas”, señala.
Señala al TikTok, como ejemplo de una fuente de consumo permanente de información de todo tipo.
“El contenido orgánico de las redes sociales permite al usuario enterarse de todo y escoger específicamente aquello de lo que se quiere nutrir. Pero en medio de esa diversidad de información, que algunos teóricos denominan ‘infobesidad’, aparecemos nosotros los comunicadores para poner los datos en perspectiva y ofrecer un análisis que permiten conectar los cabos sueltos”, detalla.
Responsabilidad de contenido
Para Roberto la diferencia más importante entre la información de las redes y la de un medio serio está en “tomar mayor detenimiento para ofrecer un contenido diferente, mejor elaborado y que permita despertar y desarrollar el pensamiento crítico en cualquier área, pero principalmente en el aspecto político”.
El comunicador comenta que el ejercicio del periodismo conlleva gran responsabilidad. También le posibilita “superación diaria” en el manejo de los temas y en ofrecer a sus seguidores la oportunidad de ver las cosas “desde otra perspectiva, no sólo desde el relato común”.
Sumar y ser creíble
El periodista considera que si la información es poder, “nosotros desde el ejercicio de la profesión contribuimos a que la gente se empodere, y eso se logra con precisión, responsabilidad y, sobre todo, honestidad intelectual”.
Para él, hacerlo de ese modo le permite ir escalando en su credibilidad, la cual afirma es el principal capital de la profesión.
“Todo esto se aplica al periodismo, sea cual fuere el medio, radial, escrito o televisivo”, añade el periodista de radio y televisión, que encuentra en ambas “comodidad” y opina que cada plataforma “tiene su magia”.
Radio vs. tevé
”La radio nos permite estar en compañía de la gente de forma más directa. Más aún por el tipo de radio que se hace actualmente, con una retroalimentación constante por parte de los oyentes, mediante los sistemas de mensajería”, detalla Roberto.
Esta interacción, confiesa, permite notar el tipo de oyentes, “que a su vez aportan crítica, opinión e información. Esto mismo nos permite a los comunicadores seguir creciendo profesionalmente”.
Comenta que aunque la radio permite más espontaneidad, también exige mucho en cuanto al tratamiento de los temas. En cuanto a la televisión refiere que de acuerdo al modelo de programa resulta “más estructurado”.
“Aparecemos nosotros los comunicadores para poner los datos en perspectiva y ofrecer un análisis que permiten conectar los cabos sueltos”.
En Equipo
Acerca del trabajo en conjunto, destacó a su equipo como jóvenes de gran proyección, “por ejemplo, en radio, solemos tener disparidad de criterios en la mesa de La Lupa, que es donde comparto con los colegas Santiago González, William Domínguez, Samuel Acosta y Juan Pablo Zaracho. Cada uno tiene un perfil profesional distintivo, incluso por su área de competencia. Solemos tener discusiones al estilo de los diálogos de Platón, en los que interviene cada uno con un pensamiento distinto, confrontando con determinación, pero con respeto”, detalla.
El periodista se confiesa como un soñador que tiene muchos proyectos pero de momento, quiere afianzarse en sus tareas en radio Monumental y en NPY.
En NPY también está al frente al programa de Jetypeka, emitido los sábados a las 09:00 de la mañana, con repetición a las 22:00. “La palabra en guaraní representa nuestro trabajo en el programa de negocios. Así como hacen las gallinas, nosotros escarbamos en las empresas, en busca de su valor diferencial”.