Primero le botó mal la pelota al experimentado David Mendoza, defensor del General, quien no pudo despejar; luego, la virtud de Robin, que, quizás, con mayor conocimiento del terreno de juego le pegó fuerte y para su suerte y la desgracia del buen arquero Martínez, la pelota dio en un pocito, tomó vuelo y engañó al portero. El Kelito defendió la ventaja y apeló al contragolpe. General buscó bastante la paridad, pero no pudo superar a un Pablo Gavilán muy seguro.
El triunfo vale oro para River que se coloca al frente del pelotón que pelea por un sitio en la Sudamericana. General, una vez más, demostró su enorme dignidad, que lucha denodadamente por sus derechos laborales sin dejar de pelear en el campo, aunque haya caído esta vez.