“Los robots han revolucionado sobre todo la línea de producción y tenemos cifras: mientras que antes trabajaban 430 personas, ahora solo son necesarias 138 para hacer las mismas tareas”, cuenta a Efe Zhang Rongzhong, subdirectora de la compañía DE&E, fabricante de electrodomésticos.
En un recorrido por su fábrica ubicada en la ciudad de Hangzhou (en el este) quedan patentes estos cambios en cada uno de sus puestos. Poco personal y sofisticados robots insertados en la cadena de producción.
“La soldadura láser robótica tiene una precisión muy alta, es el método de soldadura más avanzado y la calidad de los productos soldados es muy consistente”, cuenta una empleada de la fábrica que realiza un tour por las instalaciones.
Con la máquina tradicional manual hacían falta 28 personas en este puesto. Ahora solo hay tres, quienes mueven las piezas mientras el “Motoman Yaskawa” lanza el calor para soldar a una velocidad muy superior a la humana.
En la zona de prensado de chapa metálica antes trabajaban nueve personas. Hoy solo una supervisa cómo las máquinas hacen carcasas para los electrodomésticos.
Y, en el taller de pintura, uno de los mayores avances, pues gracias a dos robots que pulverizan polvo electrostático de alta presión a gran velocidad con 24 pistolas, un equipo de doce personas que antes pintaban a mano evita estar en contacto directo con los químicos.
“En el pasado tuvimos muchos problemas de salud de los trabajadores, pues no es recomendable estar tanto tiempo trabajando con sustancias químicas”, cuenta la portavoz.
También en el manejo de las chapas, cuenta por su parte Zhang, “registramos algunos accidentes en el pasado porque son muy afiladas y los accidentes pasaban, pero ahora utilizando máquinas para ciertas tareas peligrosas podemos proteger al salud de nuestros trabajadores”, asegura.
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Con su plan industrial “Hecho en China 2025", el Gobierno chino tiene previsto que la cantidad de autómatas industriales que operan en el país se multiplique por diez en los próximos cinco años, hasta alcanzar los 1,8 millones de unidades para 2025.
Aunque no de un modo tan tremendista como se creía hace una década, cuando se imaginaba a los robots dejando sin trabajo a los humanos, lo cierto es que la robótica está llamada a transformar el mercado laboral y está habiendo “una evolución y reconversión de los puestos de trabajo”.
Así lo cree el Foro Económico Mundial en su informe “El Futuro del Trabajo” de 2018: para 2025 más de la mitad de los puestos de trabajo que hoy existen serán reemplazados por tareas que realizarán máquinas.
Se calcula que se destruirán unos 50 millones de empleos, aunque al mismo tiempo se crearán unos 130 en torno a este sector, por lo que, tanto trabajadores como gobiernos, tendrán que hacer “un enorme esfuerzo de formación y adaptación” durante los próximos años.
Zhang lo confirma. No todos los trabajadores de los que han prescindido durante los últimos años se han ido a la calle. “Algunos se han formado y se han ido a trabajar a nuestro centro de cualificación tecnológica o a los centros de desarrollo tecnológico, aunque sí es verdad que a las personas con una menor cualificación tuvimos que despedirlas”, explica.
La directiva asegura que su fábrica es una de las más tecnificadas del país, como lo demuestra su joya de la corona, un almacén robotizado, que entre otras cosas ha aumentado la utilización del espacio en cinco veces y con elementos como la inteligencia de datos (big data), ha reducido a cero la tasa de error de entrega.
24.000 metros cúbicos de capacidad total que antes eran operados por 120 trabajadores y ahora solo hacen falta dos gracias a cuatro robots y 24 cochecitos que se desplazan por el almacén trasladando las piezas.
Sin embargo, comparada con otros países como Japón, China todavía tiene una baja tasa de automatización y en el 2018 era de 68 robots por cada 10.000 trabajadores industriales, en comparación con los 631 en Corea del Sur, el líder mundial en automatización.
Pero el impulso del Gobierno es fuerte y, a base de grandes subsidios, en los últimos años las empresas robóticas en el país se están multiplicando, impulsadas también por el cambio de modelo económico del gigante asiático.
“Los costos laborales son cada vez mayores”, recordaba recientemente al diario independiente South China Morning Post el presidente ejecutivo de la Asociación de Robótica de Guangdong, Ren Yutong, y es por ello que “si el país quiere mantener su primer puesto como exportador global, cada fabricante chino deberá reemplazar a los humanos con robots”.