El descubrimiento en la Formación Dresser, en la remota región de Pilbara, de estas estructuras microbiales dentro de unos estromatolitos, que son microorganismos que forman una estructura de capas rocosa, fue publicado en la revista Geology.
Según Stefano Caruso, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés), los resultados de este estudio “pueden servir para guiar otras investigaciones que se centren en el análisis de rocas marcianas y finalmente, en la búsqueda de señales de vida antigua en todo el sistema solar”.
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Las muestras de la materia orgánica fueron analizadas con técnicas altamente sofisticadas que permitieron analizar las bacterias en una escala nanométrica, según un comunicado de la Universidad de Australia Occidental (UWA, siglas en inglés), que también participó en el estudio.
“Los resultados de esta investigación demuestran que estas bacterias proliferaron en estas rocas antiguas, mostrando cómo funcionaron las primeras formas de vida en la Tierra”, dijo Marco Fiorentino, en un comunicado de la UWA.
Fiorentino destacó que el estudio ha permitido mejorar un conocimiento que ahora se puede aplicar en la búsqueda de vida en Marte, con el análisis de entornos parecidos en ese planeta.
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Los investigadores australianos anunciaron en mayo de 2017 que la formación de Dresser acogía lo que se cree que son las pruebas más antiguas de vida terrestre, de unos 3.480 millones de años de antigüedad.
Los estromatolitos se conocían desde finales de 1970, pero se pensaba que éstos formaban parte de un ambiente marino con bajo nivel de aguas hasta que estudios posteriores los asociaron a las superficies volcánicas.