El premio Antorcha de la Libertad 2023, otorgado por Radio Libre 1200 AM, será para Rogelio Goiburú, director de Memoria Histórica y Reparación de la Dirección General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y coordinador del Equipo Nacional de Búsqueda de Personas Detenidas Desaparecidas por el Stronismo entre 1954-1989 (ENABI).
El galardón se da a personalidades nacionales que se destacaron como “forjadores de la libertad en el Paraguay” y es entregado por la emisora radial desde hace un cuarto de siglo.
Unas 25 personas han sido reconocidas con esta antorcha sostenida por dos manos, entre ellas Luis Alfonso Resck, la doctora Gladys de Sannemann, Alcibiades González Delvalle y el monseñor Mario Melanio Medina.
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Al enterarse de la noticia, Goiburú expresó que siente “una alegría, una satisfacción, sobre todo por todos los que acompañan” en su lucha por encontrar los cuerpos de los compatriotas desaparecidos durante el régimen de Alfredo Stroessner.
“No ha sido un esfuerzo individual. Desde luego puse mi empeño, sacrificio, tiempo, mi actitud, mi perseverancia. Siempre acompañado por muchísimos compañeros, familiares de desaparecidos, amigos. No estoy solo en esta cruzada”, señaló.
Si bien solo dos personas están en la oficina, una multitud de jóvenes profesiones, entre sociólogos, historiadores, fotógrafos, y los familiares de los desaparecidos los acompañan en cada trabajo de campo que realizan.
Rogelio inició esta tarea de memoria e historia en busca de los restos de su padre Agustín Goiburú, médico secuestrado en el marco del Plan Cóndor y desaparecido bajo la dictadura de Stroessner.
Hasta el presente no se halló el sitio donde fue inhumado.
Relato de la tortura que sufrió Agustín Goiburú
Goiburú recordó que su padre —dirigente de la juventud del Partido Colorado en ese momento— trabajó como médico en el Hospital Rigoberto Caballero, allá por los años 58/59, cuando empezaban a llevar las primeras víctimas del terrorismo de Estado.
En su relato mencionó al jefe de la Policía de Stroessner, el general Duarte Vera, a quien lo calificó como “salvaje torturador”.
Vera amenazaba a los médicos a firmar documentos “falsos” donde mencionaban que las víctimas sufrieron lesiones en accidentes viales o domésticos, según Goiburú.
No obstante, un grupo de jóvenes médicos, entre ellos su padre, se sublevaron a las órdenes militares y se negaron a “falsificar documentos”.
“A partir de ahí empezó la persecución. Papá salió exiliado. Los tres poderes del Estado participaron en esta orgía de la represión stronista”, manifestó.
Goiburú y su familia fueron hasta la Argentina; sin embargo, las persecuciones no cesaron.
“Nosotros nos mudamos 34 veces de casas en la Argentina y siempre perseguidos por la mano larga del stronismo”, recordó.
Rogelio Goiburú fue detenido en el año 1976 por la Gendarmería argentina y su padre se ofreció como canje.
“Al año siguiente, el 7 de febrero del 77, ya lo secuestraron a papá y después de un largo proceso de investigación nos enteramos de que lo tuvieron primero en el Regimiento de Infantería Nueve de Corrientes, a cargo del célebre torturador Cristino Nicolaides (militar argentino), general que fue procesado”, contó.
A su padre, de acuerdo con Goiburú, lo trasladan a Asunción, Paraguay, en el Departamento de Investigaciones, a cargo de Pastor Coronel, donde “lo torturaron salvajemente”.
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Luego, lo llevaron hasta el Hospital Rigoberto Caballero y lo mantuvieron encadenado a una camilla.
Pero la pesadilla para la familia de Agustín Goiburú no terminó ahí, ya que al médico lo trasladaron hasta el Estado Mayor, ubicado entre las avenidas Mariscal López y General Santos.
“Ahí Stroessner tenía su despecho y ahí tenía una celda. Ahí lo tuvieron una semana hasta que Stroessner lo interrogó personalmente con su primer anillo y ordenó su asesinato”, relató.
Desde entonces continúan buscando los restos de su padre, desaparecido durante la época más violenta del Paraguay.