Los vecinos se quejan de la profanación de tumbas y de la presencia de adictos que consumen y venden drogas en el lugar.
Para Rubiani, quien llegó a encabezar recorridos históricos por el cementerio, el estado del sitio roza la corrupción, pues se denunció varias veces acerca de las irregularidades y, a pesar de una intervención, la situación no cambió. “No es prioridad para la gente de la Municipalidad”, se lamentó.
También responsabiliza a los familiares de los fallecidos que descansan en la Recoleta. “Existe el más alto padrón de morosos en la Municipalidad, porque el cuidado del sitio dura lo que el duelo, después la gente se olvida de la Recoleta y se acuerda una o dos veces al año, el día del cumpleaños del difunto y nada más”, expresó en Radio Monumental AM.
Recordó que ayudó a restituir una lápida de mármol que data de 1870 y que corresponde a la madre del coronel José Vicente Mongelós. A pesar de hablar hasta con el comandante de las Fuerzas Militares, no consiguió ayuda para la restauración.
La respuesta para solucionar estos problemas es que los funcionarios asignados a la administración, seguridad y limpieza, entre otros, cumplan con su trabajo; caso contrario, que sean sumariados y castigados. También urge hacer planificaciones, pero insiste en las penalizaciones en caso de faltas.
Según la Municipalidad de Asunción, en este cementerio hay 18 custodios que trabajan en cuatro turnos de unos cinco hombres para cubrir 19 hectáreas.
Los ediles Elvio Segovia y Orlando Fiorotto, en su condición de miembros de la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Junta Municipal, visitaron el lugar para constatar las denuncias que reciben sobre la vulnerabilidad del cementerio.