La ruina que levantó polvareda en los últimos días. Un candente debate se desató en torno al tesoro histórico que posee la localidad de Humaitá: la Ruina de la iglesia de San Carlos Borromeo. Esto fue tras el anuncio del concejal departamental de Ñeembucú, Emmanuel Cuevas, de que presentaría un proyecto para declarar de interés departamental la restauración a su estado original, del templo bombardeado durante la Guerra de la Triple Alianza.
Finalmente, el edil decidió postergar el plan referido tras los cuestionamientos por tratarse de un bien patrimonial y preparar su planteamiento sin realizar una consulta previa con la comunidad. Prometió que iniciará audiencias públicas para dialogar con los pobladores de la zona.
Eduardo Nakayama, miembro de la Academia Paraguaya de la Historia, fue el primero en objetar públicamente la propuesta del edil.
“El intento de “reconstruir” la iglesia –al menos si se pretende emplazarla sobre las antiguas ruinas– o en su entorno cercano colisionará frontalmente con disposiciones internacionales sobre la materia, comenzando por la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la Unesco, que exige respetar la autenticidad e integridad de las ruinas y su zona arqueológica asociada, pues cualquier intento de “reconstrucción” acabará completamente con la autenticidad del monumento”, expresa parte del comunicado publicado en su cuenta del Facebook.
Por su parte, la gestora cultural de la zona, Vicenta Miranda, expresó que el templo destruido es una representación material de la fortaleza y heroísmo paraguayos. “Si se quiere hacer la réplica debe realizarse en otro sitio. Esta Ruina debe ser respetada como lo establece la Ley de Patrimonios”, destacó Miranda.
Indicó que más allá de hablar de una reconstrucción y en honor a las personas que defendieron el sitio, es urgente pensar en el desarrollo de la zona concretando la construcción de una ruta asfaltada.
“Las autoridades deben darse cuenta de que una fuente de desarrollo es el fomento del turismo y para ello es necesario facilitar el acceso. Existe una enorme cantidad de gente que visita Humaitá por sus sitios históricos (aguardan que sea cerca de 4.000 personas este año), pero deben estar corriendo apenas llueve, como los grupos de estudiantes que pasan malos ratos por el camino resbaladizo durante la inclemencia del tiempo”, lamentó Miranda.
Propuesta. El concejal Cuevas explicó que la idea es reconstruir la iglesia continuando la edificación actual que quedaría en su estado original. Afirmó que jurídicamente es viable y que este tipo de restauración no sería la primera iniciativa en el mundo.
Dijo que tras las objeciones planteará desde la semana entrante la creación de una comisión de estudio del proyecto, integrada por diversos actores de la sociedad y miembros de la comunidad humaiteña. Agregó que en caso de no llegar a un acuerdo con los pobladores, la réplica la planteará en otro punto del distrito. Sobre el recurso monetario para la obra, indicó que buscará fondos en el Mercosur.
Algo de historia
Cerca de 5.000 soldados, en pasamano, acercaron los ladrillos hechos en el distrito para la edificación de la iglesia de San Carlos Borromeo, comentó la gestora cultural Vicenta Miranda. Su diseño estuvo a cargo del ingeniero húngaro, Francisco Wisner de Morgenster y la construcción, del arquitecto Alejandro Ravizza. Se inauguró en 1861 y su esplendor duró pocos años. “Fue bombardeada por la escuadra imperial durante la Campaña de Humaitá (1866 -1868), quedando en ruinas desde el frontis hasta la nave principal en toda su ala derecha”, describió el historiador Nakayama.