La sanción se originó años atrás, cuando Google bloqueó el canal “Tsargrad” de YouTube en respuesta a sanciones estadounidenses contra su propietario ruso, bajo restricciones desde 2014.
En 2021, un tribunal ruso ordenó a Google restaurar las cuentas bloqueadas, advirtiendo que, de no hacerlo, impondría una multa progresiva.
El conflicto escaló tras la invasión de Ucrania en 2022, cuando Google cerró todos los canales estatales rusos de YouTube, incluyendo Sputnik, NTV, Russia 24 y Zvezda, este último propiedad del Ministerio de Defensa de Rusia.
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Esta medida intensificó la postura de Rusia, que recurrió a una sanción administrativa en virtud del artículo 13.41 del Código de Infracciones Administrativas, exigiendo al gigante tecnológico asentado en Mountain View, California (EEUU), a reactivar los canales o enfrentar multas crecientes.
Inicialmente, la multa ascendía a 100.000 rublos diarios (unos 950 euros), pero la penalización creció exponencialmente hasta alcanzar los USD 20.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000, que en términos sencillos sería USD 20 decillones (aproximadamente 1,9 decillones de euros), una cifra que incluye 33 ceros.
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Para dimensionar esta cifra, se estima que el PIB global, según el Banco Mundial, ronda los 100 billones de dólares, lo que convierte a esta multa en un récord absoluto.
Google, por su parte, emitió comentarios específicos sobre la sanción, y en sus recientes informes financieros señaló: “Tenemos asuntos legales en curso relacionados con Rusia. Nos impusieron sentencias civiles que incluyen multas en relación con disputas sobre la cancelación de cuentas, incluidas las de las partes sancionadas. No creemos que estos asuntos legales en curso tengan un efecto material adverso” sobre la compañía.
Esta confrontación entre Google y el Gobierno de Rusia marca un hito en las tensiones entre grandes corporaciones tecnológicas y los estados, en un conflicto donde la política, la economía y la tecnología se entrelazan en una disputa de gran escala.