Justiniano Riveros
CONCEPCIÓN
Largas y profusas manchas negras se observan sobre la ruta PY22, en Concepción, en el tramo que une con Vallemí.
Los manchones casualmente se encuentran a la altura de los numerosos baches existentes en los 160 km que separan a la capital del primer departamento del país con la localidad que vomita enormes camiones cargados de cemento.
La ruta en cuestión presenta un rápido deterioro. Sin embargo, la zona más crítica es a partir del km 130, donde los cráteres son grandes y profundos.
Muchos accidentes ya se produjeron en dicho trayecto y quienes no conocen la ruta pierden sus neumáticos en cada viaje.
La obra que es un tratamiento triple superficial había sido inaugurada en el 2018; sin embargo, a cinco años de uso, el deterioro es generalizado.
Su mantenimiento está a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Pero sus trabajos de bacheos son insuficientes e incluso, donde se hacen intervenciones hay más pozos. Según transportistas, hace meses que ni una maquinaria del MOPC apareció por la zona.
La cartera de Estado, entretanto, cuenta con un proyecto de colocación de capa asfáltica en la citada ruta; pero aún no hay financiamiento. Esa iniciativa sería la solución más eficaz, según las autoridades locales.
REPUDIO. En la Junta Municipal de Concepción, los concejales declararon al ministro de Obras Públicas y comunicaciones, Ing. Rodolfo Segovia, persona no grata, puesto que no ha cumplido con los compromisos asumidos con relación a la ruta Concepción-Pozo Colorado, cuya obra es de “nunca acabar”.
El concejal Félix Ibáñez manifestó que ya están cansados de las mentiras del ministro Segovia, quien no es capaz de cumplir su palabra con los norteños.
“La ruta Concepción-Vallemí es una vergüenza; incluso recomendamos a quienes no conozcan el camino, a que se cuiden porque se producen muchos accidentes”, advirtió.
El tramo es muy utilizado en la actualidad por vehículos de gran porte que transportan cementos y cal desde la fábrica en Vallemí a distintos puntos del país. El tránsito es permanente de camiones muy pesados, que, según los datos, sobrepasan el pesaje estipulado por el MOPC.
Inclusive, los controles de peso solo se hacen esporádicamente con una báscula portátil, aunque los conductores pagan y pasan sin recibir las multas, de acuerdo con algunas autoridades.
De ahí que el carril izquierdo de la ruta –con dirección a la capital– es el sector más afectado, ya que de ida los camiones van vacíos y a la vuelta, lo hacen supercargados.