Con el rostro serio, casi sin expresiones, llegó hasta la sala de juicio oral el sacerdote Silvestre Olmedo, ex párroco de la parroquia San José de Limpio, para enfrentar un proceso abierto en su contra por supuesto acoso sexual a una joven catequista.
En una pausa en el juicio, Olmedo habló con los medios y afirmó que todo se trata de una persecución. “Como persona me siento perjudicado y dañado. Esta es una situación en la que me siento un poco perseguido”, afirmó, sentado en el lugar que ocupó frente al Tribunal que tenía a cargo decidir su suerte.
En la opinión del religioso, el ataque no se limita a su persona, sino que apunta a la institución a la que representa. “Yo creo que hay muchos daños y persecuciones que sufre la Iglesia. En cierta manera, le están utilizando a ella para conseguir aquello que ni ella misma quiere. Pero una persona puede ser manipulable, utilizada”, declaró.
El religioso no recuerda el tiempo que la joven, cuya identidad omitiremos en esta nota, trabajó en la parroquia que lo tenía como cabeza.
Afirmó que no recuerda haber mantenido reuniones a solas con ella por razones pastorales.
El hombre lleva 30 años de servicio a la Iglesia Católica como sacerdote y actualmente está apartado de la vida parroquial, mientras dure el proceso abierto en su contra. Vive en la casa de retiro Emaus, en Luque.
Juicio inconcluso. A las 10.30 horas de ayer se inició el juicio oral en su contra, luego de la acusación que realizó la Fiscalía por acoso sexual.
El Tribunal integrado por los jueces Óscar Rodríguez Masi, Leticia Degásperi y Julio César Granada consultaron a las partes si tenían algún incidente para plantear.
La defensa del cura, encabezada por el abogado Rodrigo Yódice, planteó cuatro incidentes.
La exclusión de pruebas documentales, fotocopias de documentos; exclusión de pedido de evaluación siquiátrica al sacerdote Silvestre Olmedo. Cuestionaron también la presentación de prueba de archivos de audios y videos descargados de una computadora portátil y por último solicitaron la inclusión de una pericia sicológica a la supuesta víctima.
Los incidentes fueron rechazados por el Tribunal.
La defensa luego planteó recurso de reposición que también fue rechazado por los jueces.
Ante todo esto, el abogado Yódice, nuevamente pidió que le concedan el uso de la palabra y anunció que recusaba al Tribunal por supuesta violación del principio de imparcialidad, por lo que se dio por terminado el juicio que deberá reanudarse cuando se conforme un nuevo Tribunal de Sentencia.
“Espero que se le condene”
La joven, en un momento de descanso en el juicio, también aceptó emitir declaraciones a los medios y pidió que se haga justicia. “Espero que se le condene y que los jueces dejen de lado su ideología”, comenzó diciendo rodeada de un grupo que llegó para contenerla.
La ex militante del grupo juvenil de la Parroquia San José de Limpio afirma que se siente mal cuando recuerda el momento que le tocó vivir, y la supuesta falta de apoyo que le brindaron.
“Yo denuncié a pocos días de lo que me pasó a nivel eclesial. Decidí hablar con monseñor Edmundo Valenzuela y la respuesta que recibí fue que no podemos dar una solución a las apuradas, porque tenemos que tener respeto al sacerdote. También me pidió que ore por él”, relató.
Para la supuesta víctima, este hecho cambió su forma de pensar, lo que hizo que se alejara de la Iglesia. Ahora afirma que espera militar en grupos feministas, que le dieron el apoyo que necesitaba.
El hecho ocurrió supuestamente el 21 de setiembre de 2016. En principio, el cura fue imputado por coacción sexual y violación a la autonomía sexual, pero luego la carpeta cambió a la figura del acoso.