Los trabajadores del zoo descubrieron hace dos semanas que el animal tenía una infección urinaria y problemas de movilidad, pero el tratamiento que le dieron no funcionó.
“Dada su avanzada edad y su pobre diagnóstico, el personal del zoo decidió que lo mejor era aplicarle humanamente la eutanasia”, señala la nota.
A sus 34 años, Klondike superaba con creces la edad media de los osos polares, que es de 24 años.
Tras su muerte, el oso polar en cautividad más longevo de Estados Unidos también vive en el Zoo de Filadelfia, se llama Coldilocks y tiene también 34 años.
“La echaremos mucho de menos, además de la alegría que ofreció a nuestros visitantes durante tres décadas, ha sido una importante embajadora de los osos polares, que están cada vez más amenazados por el cambio climático y el consiguiente deshielo”, afirmó el zoo.
“Esperamos que ella inspire a muchos para comprometerse en reducir el uso de energía y agua, y contribuir así a ralentizar el cambio climático”, añadió.
Klondike era uno de los animales más populares del zoo, donde vivía desde 1981. Había nacido un año antes en el Zoo del Bronx, en Nueva York.