Emocionante, histórico, extraordinario, revolucionario o novedoso son algunos de los calificativos utilizados por los investigadores responsables de este hallazgo, que se dio a conocer en varias ruedas de prensa simultáneas en distintos países, entre ellos España.
Este resultado proporciona “pruebas abrumadoras” de que el objeto es sin duda un agujero negro, un lugar del espacio de donde nada puede escapar, ni siquiera la luz, y aporta valiosas pistas sobre el funcionamiento de tales gigantes, que supuestamente ocupan el centro de la mayoría de las galaxias.
La imagen proporciona la primera evidencia visual directa de ello, según los científicos del EHT (el horizonte de sucesos es el borde del agujero negro, el límite más allá del cual es imposible ver nada, ni escapar).
Aunque no se puede ver el agujero negro en sí, porque está completamente oscuro, el gas brillante que lo rodea tiene una firma reveladora: una región central oscura (llamada “sombra”) rodeada por una estructura brillante en forma de anillo.
La nueva imagen, en la que se observa un anillo no perfectamente esférico amarillo y naranja, con tres puntos más brillantes, capta la luz curvada por la fuerza gravitatoria del agujero negro, cuya masa es cuatro millones de veces la del Sol.
Para obtener las imágenes de este agujero a unos 27.000 años luz de la Tierra, se creó una red de ocho observatorios de radio, anteriormente construidos con otros fines, combinados para formar un único telescopio virtual “del tamaño de la Tierra” -uno de ellos está en Sierra Nevada, Granada (sur de España)-.
DIFERENCIAS. Este descubrimiento llega después de que la colaboración EHT publicara, en 2019, la primera imagen de un agujero negro, conocido como M87* y situado en el centro de la galaxia distante Messier 87.
Los dos tienen un aspecto bastante similar, a pesar de que el del centro de nuestra galaxia es más de mil veces más pequeño y ligero que M87*.
“Tenemos dos tipos de galaxias completamente diferentes y dos masas de agujeros negros muy distintas, pero cerca del borde de estos agujeros negros los dos son asombrosamente similares”, apunta Sera Markoff, vicepresidenta del Consejo Científico del EHT. Esto demostraría que la relatividad general de Albert Einstein es la que gobierna estos objetos a pequeña escala, y cualquier diferencia que veamos a escalas mayores ha de venir por diferencias en el material que rodea a los agujeros negros.
“Lo sorprendente es lo bien que coincide el tamaño del anillo con las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein”, coincide Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica de Taipéi.