El primer caso habla de la detención del suboficial Rodolfo Fabián Bustos, en la investigación del asalto a un cambista ocurrido en Encarnación el 30 de diciembre último.
Las vainillas servidas encontradas tras aquel asalto coinciden con el arma reglamentaria del suboficial.
Bustos había participado en un enfrentamiento en el que hirió al conocido asaltacajeros Nelson Gustavo López, alias Jakare Po en el 2015.
La División de Balística de la Policía Nacional encontró coincidencias entre ambos casos y determinó que el arma corresponde a Bustos, por lo que se ordenó la detención del policía.
Cuando Bustos se presentó el lunes a su trabajo, quedó detenido y en sus primeras declaraciones argumentó que empeñó su arma reglamentaria en el 2020, por G. 1.500.000, a un vecino que trabaja como guardiacárcel.
Supuestamente, desde entonces ya no tuvieron contacto y nada supo de su arma.
Los agentes allanaron la vivienda del segundo implicado en la madrugada del domingo en Emboscada y, aunque encontraron documentaciones que se están analizando, el arma no fue hallada.
Bustos está privado de su libertad, a disposición del Ministerio Público y del Juzgado, mientras que el guardiacárcel está libre, pero será citado para dar su versión.
Inmóvil. En otro caso, un agente de Policía el martes de madrugada que quedó congelado ante un asaltante que realizó su golpe en una estación de servicio en Luque.
En imágenes de circuito cerrado se ve cómo el asaltante, tras lograr su cometido, salió tranquilamente, con un arma de fuego en la mano.
El suboficial que estaba afuera, se mantuvo inmóvil mientras el asaltante pasó caminando delante suyo, sosteniendo el arma en una mano mientras en la otra llevaba una latita de bebida.
El suboficial aparentemente agarró el celular y empezó a escribir, mientras que el asaltante, antes de salir a la calle, giró en dirección al agente y le ordenó que baje las manos, para luego abandonar caminando la estación de servicio, presuntamente lo amenazó.
El monto robado por el asaltante fue de G. 150.000.