La clínica odontológica de la doctora Diana Grossling fue clausurada de forma provisoria tras una intervención de la Superintendencia de Salud, dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
El consultorio está ubicado sobre la calle Eusebio Lillo Robles, en la ciudad de Asunción.
El asesor jurídico del departamento, Freddy López, explicó a radio Chaco Boreal 1330 AM que se constituyeron en la clínica luego de recibir una denuncia a través de las redes sociales, donde corroboraron que el lugar está habilitado como consultorio; “sin embargo, el servicio que están ofreciendo apunta a una cuestión más bien estética”, manifestó.
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Cuando llegaron, los intervinientes no pudieron ingresar al local porque estaba cerrado, pero sí pudieron observar en la parte de arriba de la fachada un cartel que dice: “‘Oficina de tratamientos estéticos”, así como también un afiche pegado en la puerta donde también ofrecen un curso estético, de acuerdo con López.
“Con los datos preliminares (que tenemos), ellos están haciendo cursos estéticos, para lo cual no están habilitados para ejercer, mucho menos para ofrecer ese servicio. No pudimos entrar al local porque a la fecha que nos constituimos estaba cerrado”, señaló.
En las redes sociales dicen ser especialistas en armonización orofacial, que “es una cuestión estética”, cuando en la realidad “los odontólogos no pueden ejercer o hacer ese tratamiento”.
El asesor jurídico sostuvo que la resolución del Ministerio de Salud, así como la Ley de la Superintendencia, no les habilita para realizar otro servicio que no sea de odontología.
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“Ellos no están habilitados y, por ende, no pueden ofrecer ese servicio”, afirmó.
Asimismo, señaló que la misma clínica fue intervenida el 7 de diciembre de 2021 y procedieron a su clausura “porque aparecía como un consultorio donde venían odontólogos del Brasil a ofrecer cursos”.
Doctora fue denunciada por mala praxis
Una paciente —identificada como Milagros Ramírez— denunció a la doctora Diana Grossling por presunta mala praxis.
Contó al diario Extra que el pasado 30 de setiembre pagó G. 350.000 por una promo de skinbooster, que son microinyecciones de ácido hialurónico para luminosidad y sacar machas del rostro.
La mujer indicó que ese día salió con moretones y que días después sus mejillas se enrojecieron y se inflamaron.
El mismo día de la denuncia, la doctora Grossling publicó un comunicado en su perfil de Instagram en el cual negó que la denunciante sea su paciente y aclaró que en su clínica “nunca se trabajó con sustancias que no reúnan los parámetros permitidos por el Ministerio de Salud y demás organismos nacionales”.