El papa Francisco, a propósito de la lectura de hoy, dijo: “El hombre vive ‘dentro de sí el drama de no aceptar la salvación de Dios’, porque querría «salvarse a su modo». Y Jesús llega incluso a llorar por esta «resistencia» del hombre, volviendo a proponer siempre su misericordia y su perdón. En suma, no podemos decir precisamente «Sálvanos, Señor, pero a nuestro modo» (…).
(…) Jesús mismo recuerda muchas veces «cómo este pueblo rechazó a los profetas y apedreó a quienes le enviaron, porque eran incómodos». El pensamiento es siempre el mismo: «Queremos la salvación, pero como nosotros la queremos. No como la quiere el Señor». (…)
(…) Al contrario, prosiguió, «es precisamente la clase dirigente la que cierra las puertas al modo como Jesús quiere salvarnos». En este sentido, «se comprenden los diálogos fuertes de Jesús con la clase dirigente de su tiempo: Discuten con él, lo ponen a prueba, tratan de hacerlo caer en una trampa», porque en ellos hay precisamente «una resistencia a ser salvados».
Ante esta actitud, Jesús les dice: «No os entiendo. Sois como esos niños: Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado, os hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado. ¿Qué queréis?». La respuesta sigue siendo: «Queremos la salvación a nuestro modo». Por tanto, vuelve «siempre esta cerrazón» ante el modo de obrar de Dios.

(…) Por tanto, el papa Francisco propuso «pensar que este drama está en nuestro corazón», insistiendo en que cada uno de nosotros se pregunte a sí mismo: «¿Cómo pienso que es el camino de mi salvación? ¿El de Jesús u otro? ¿Soy libre de aceptar la salvación o confundo libertad con autonomía, y quiero mi salvación, la que yo creo que es justa? ¿Creo que Jesús es el maestro que enseña la salvación, o voy por doquier siguiendo a gurús que me enseñan otra? ¿Un camino más seguro, o me refugio bajo el techo de las reglas y de los tantos preceptos dados por los hombres? ¿Y así me siento seguro, y con esta seguridad –es algo duro decir esto– compro mi salvación, que Jesús da gratuitamente, con la gratuidad de Dios?». (…) Todas estas preguntas, que «nos hace bien formularnos hoy», culminan en la última pregunta del Papa: «¿Resisto a la salvación de Jesús?».
(Frases extractadas de http://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-francesco_20141003_salvados.html).