27 ene. 2025

San Ber se llena cada fin de semana, pero hoteles siguen vacíos

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En baja. A pesar de que hay buenos hoteles en San Ber, el nivel de ocupación sigue bajo.

GENTILEZA

A pesar de la altísima cantidad de personas que visitan cada fin de semana la Villa Veraniega, la ocupación hotelera en la ciudad fluctúa entre el 30% y el 32%, en lo que va del mes de enero, asegura Hugo Gibbons, presidente de la Asociación de Hoteleros del San Bernardino (Asotel). Este escaso nivel de ocupación hotelera refleja que la gran mayoría de los visitantes cuentan con casa propia o alquilada para pernoctar o recurren a las posadas y albergues, por tener precios mucho menores a los hoteles.

Gibbons indicó que desde que terminó la pandemia, la ocupación hotelera en San Bernardino viene cayendo año a año, a pesar de que los alrededor de 18 hoteles agrupados en la Asotel abren todo el año.

El empresario hotelero aseguró que cerraron el 2024 con un 23% a 26% de ocupación, porcentajes muchos más bajos a los registrados en la otra ciudad altamente turística en verano, como Encarnación.

“Hasta el 2019 teníamos una ocupación que promediaba entre 30% y 35%, pero después de la pandemia viene en caída. Los motivos pueden ser varios, como que la gente prefiere veranear fuera del país o por el hecho de que ahora hay más albergues alternativos que antes en la ciudad, aunque no todos estén oficialmente establecidos o cumplan con las normas exigidas”, comentó.

Al mismo tiempo, Gibbons agrega que muchos residentes de la villa convirtieron sus casas en posadas o las alquilan por Airbnb, y como no cuentan con empleados y no tributan, resulta mucho más convenientes de alquilar. Esto les genera una fuerte competencia a los hoteles formales.

sin infraestructura. Uno de los graves problemas que afronta San Bernardino es la falta de modernización de su infraestructura eléctrica y del servicio de agua potable. Estas falencias hacen que cuando la ciudad recibe a unas 40.000 personas en un fin de semana, como sucedió hace dos semanas atrás, y con un calor de más de 40°C, los servicios públicos colapsen y dejen sin energía y agua a más de la mitad de la ciudad.

“Estas fallas afectan a alrededor del 40% de los hoteles que conforman la Asotel, que son las que dependen del suministro de la Essap. Algunos establecimientos tienen un reservorio de 4.000 a 5.000 litros, pero que resultan poco, porque la gente que viene cada fin de semana consume en promedio unos 10.000 litros, por el altísimo calor que tenemos. Y esto hace que también nos quedemos sin energía por la alta demanda de refrigeración”, explicó el empresario hotelero.

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