“Las inmobiliarias aseguran que los terrenos que venden tienen los servicios básicos y no es así. Tenemos conflicto con una empresa que nunca se acercó a conversar con nosotros para saber si la Junta tiene la capacidad de abastecer a los usuarios del loteamiento del barrio San Nicolás”, destacó Pedro Lisnichuk, tesorero de la Junta de Saneamiento de los barrios San Nicolás y Guaraní, de San Juan del Paraná, Departamento de Itapúa.
Asimismo, señaló que la inmobiliaria adquirió unos 50 caños de 40 milímetros y llevaron a la casa del plomero de la Junta, sin hacer partícipe de ese proyecto a la Comisión Directiva de la Junta de Saneamiento. Criticó la actitud negligente de la Municipalidad al no reglamentar la obligación de las empresas que venden terrenos de asegurar el acceso y disponibilidad a los servicios básicos.
Actualmente, está en auge la venta de lotes en San Juan del Paraná, donde hay firmas que están ofreciendo más de 1.400 lotes.
“Contamos con cuatro perforaciones, no obstante, pese a que nuestra obligación es proveer del vital líquido a todas las familias, la demanda excede nuestra capacidad, tenemos que consensuar una solución a largo plazo con la Comuna, las inmobiliarias y la Junta, de lo contrario, las personas que van a adquirir los terrenos para habitarlos, tendrán una mala calidad de vida”, dijo.
En tal sentido, sugirió a quienes adquieren sus terrenos en la zona exijan a las empresas inmobiliarias cuestiones fundamentales como la disponibilidad de energía eléctrica domiciliaria y la red de agua potable.
Por su parte, el responsable de Kasas Propiedades, Tito Kamaraza, explicó que al no existir en el distrito una planta de tratamiento de agua potable, las juntas de saneamiento son las responsables de la provisión, en este caso, en el barrio San Nicolás. “No sabemos qué pretende esta gente, hemos adquirido 50 caños soldables de seis metros cada uno, con 40 milímetros de espesor e incluso estamos dispuestos a realizar la perforación y colocación de los tubos detrás de la Escuela San Nicolás, pero se niegan a concretar el trabajo”, dijo.
Aseguró que es un permanente “dolor de cabeza”, porque cuando la Junta de Saneamiento comenzó a proveer agua, en sus inicios “por falta de asesoramiento, se colocaron caños de 40 milímetros, en vez de –en las instalaciones troncales– anteponer tubos de 70 milímetros”.