El 9 de marzo próximo asumirá como nuevo fiscal general del Estado Emiliano Ramón Rolón Fernández, que cargará con una mochilla muy pesada que le dejará la actual titular del Ministerio Público Sandra Quiñónez por su criticada gestión al frente de esta institución.
El doctor Rolón, de dilatada trayectoria en la magistratura judicial, tendrá grandes desafíos al frente del Ministerio Público para tratar de recuperar la credibilidad de la Fiscalía.
El manifiesto doble rasero que denota la actual administración del Ministerio Público en sus actuaciones es un aspecto que deberá cambiar el próximo fiscal general. También, en este contexto, la inacción en casos emblemáticos, en los que se necesita de voluntad para hacer justicia y aplicar el derecho en estricta justicia.
El Ministerio Público debe dejar de ser un botín político en el que ubican al mejor candidato para proteger los intereses de las autoridades amigas. Es aquí donde Rolón Fernández tendrá una gran responsabilidad en demostrar que no será objeto de manipulación, como suelen hacer los políticos con los fiscales.
En cuanto al equipo de trabajo que tendrá Rolón dentro del Ministerio Público también le corresponderá una ardua labor si quiere mantener la independencia en los casos, atendiendo que los fiscales en las diferentes regiones más de uno fue nombrado mediante un padrino político. Deberá saber elegir entre estos a los que cree que son independientes por su integridad y capacidad intelectual para investigar los casos de corrupción u otro hecho de gran impacto social.
El próximo fiscal general asumirá un Ministerio Público bien aceitado por los políticos, por lo que se verá allí su voluntad y si tiene uñas de guitarrero para romper este maleficio que enturbia las investigaciones.
Rolón Fernández deberá revisar los casos significativos que duermen en las gavetas de la Fiscalía o tienen poco avance. Por citar, se había iniciado una causa de parte de los fiscales adjuntos para investigar a fiscales que se habían prestado al sistema de aprietes del clan González Daher. Sin embargo, quedó en la nada
En el caso Metrobús, a poco más de cuatro años de la denuncia por lesión de confianza, la investigación continúa parada. La causa no tiene imputados.
Además están los presuntos robos en pandemia. Uno de los casos afecta al intendente de Asunción, Óscar Nenecho Rodríguez, sobre una presunta sobrefacturación que habría realizado en la compra de productos de desinfección contra el Covid-19. La pesquisa no tiene avances.
Hugo Javier González tiene una tercera causa porque la Gobernación de Central desembolsó G. 5.000 millones a una asociación para obras, pero la transferencia se hizo sin respaldo documental. Un año pasó de los operativos y sigue sin imputados.
Hace tres años la Comisión Bicameral de Investigación sobre Lavado de Dinero y Delitos Conexos, acerca del cambista Darío Messer, remitió el informe al Ministerio Público, pero no hubo imputaciones.
Combatir la impunidad, actuando de igual manera para todos, deberá ser la tarea de Emiliano Rolón, sin permitir intromisiones que distorsionan la intención de justicia. Sancionar a los corruptos sin importar la bandería política y la presión del poder tendrá que ser su norte para recuperar la credibilidad perdida de la Fiscalía. Deben acabar la inacción, la complicidad o la displicencia del Ministerio Público en las investigaciones para que estas finalicen con una sentencia acorde a los hechos cometidos. Como cabeza tendrá que saber dar las directivas para que los agentes fiscales se pongan las pilas y sepan actuar con independencia y eficiencia.