04 may. 2025

Santa Mónica

Durante muchos años, Agustín, hijo de Santa Mónica, estuvo alejado de Dios y muerto a la gracia por el pecado. La Santa, cuya memoria hoy celebramos, fue la madre intachable que con ejemplo, lágrimas y oraciones obtuvo del Señor la resurrección espiritual del que sería uno de los más grandes santos y doctores de la Iglesia.

Santa Mónica estuvo siempre pendiente de la conversión de su hijo: lloró mucho, rogó a Dios insistentemente, y no cesó de pedir a personas buenas y sabias que hablaran con él y trataran de convencerle para que abandonase sus errores. Un día, San Ambrosio, Obispo de Milán, al que había acudido repetidas veces, la despidió con estas palabras que han sido el consuelo de tantos padres y madres a lo largo de los siglos: “¡Vete en paz, mujer!, pues es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas”. El ejemplo de Santa Mónica quedó grabado de tal modo en el ánimo de San Agustín que años más tarde, quizá recordando a su madre, exhortaba: “procurad con todo cuidado la salvación de los de vuestra casa”.

Nunca debe desfallecer la oración por los hijos: es siempre eficaz, aunque a veces, como en la vida de San Agustín, tarden algún tiempo en llegar los frutos. Esta oración por la familia es gratísima al Señor, especialmente cuando va acompañada por una vida que procura ser ejemplar.

Al respecto de esta fecha en una reflexión el papa Francisco dijo: “Al hablar esto dice no puedo no mirar a la madre”. Mónica, como tantas madres hoy, lloran el alejamiento de los hijos.

A todas ellas se dirige Francisco: “No perdáis la esperanza de la gracia de Dios”. Y, en Mónica, las elogia a todas: “Mujer inquieta era esta mujer. Agustín es heredero de Mónica: de ella recibe el germen de la inquietud”. A esta llama Francisco la inquietud del amor, que lleva a buscar sin parar el bien del hermano de carne y hueso. Y, una vez más, Francisco plantea el interrogante: “¿Nos dejamos inquietar por sus necesidades o permanecemos cerrados en nosotros mismos, en nuestras comunidades, que muchas veces son para nosotros ‘comodidades’ (comunidad-comodidad)”.

(Del libro Hablar con Dios y la http://www.agustinosrecoletos.com/news/view/4)