El economista y ex ministro de Hacienda, Santiago Peña Palacios, de 44 años, es el nuevo presidente de la República del Paraguay por el periodo 2023-2028.
Ocupará el Palacio de López durante los próximos cinco años, luego de cambiar sus raíces liberales para pasar a las filas coloradas y tener así la venia de su líder, Horacio Cartes.
Con el 99,9% de los votos escrutados, obtuvo el 42.74% de los votos, mientras que su principal rival, Efraín Alegre, candidato de la Concertación Nacional, alcanzó el 27.48% según datos del TREP.
En su discurso en la sede de la ANR, tras los conteos del TREP, indicó que celebra “la victoria de un pueblo que con su voto eligió el camino de la paz social, del diálogo, de la fraternidad y de la reconciliación nacional”.
Gobernabilidad
Peña, que no tiene una militancia dentro del Partido Colorado, se enfrenta a un escenario político “riesgoso” debido a un factor predominante que podría influir en su gobierno: la sombra del cartismo.
“El líder de la facción (Honor Colorado) es Horacio Cartes”, señaló a Última Hora el doctor en Ciencia Política e investigador Marcos Pérez Talia.
“En el hogar de Horacio Cartes se operacionaliza la política. Eso es una simbología muy fuerte. Horacio Cartes es el líder financiero y político”, aseveró.
Por tanto, desde la visión de Pérez Talia, se vislumbra un “poder bicéfalo (con dos cabezas)”, donde Santiago Peña irá al Gobierno, pero Cartes el poder. Esto podría representar un problema para el nuevo presidente de la República.
Sin embargo, este no sería su único desafío como gobernante, ateniendo que existe una crisis interna en la ANR por las marcadas diferencias que hay entre los movimientos Fuerza Republicana y Honor Colorado.
Cómo Peña, “que no tiene ningún tipo de liderazgo sobre el Congreso”, va a administrar esas diferencias es un interrogante, así como también una barrera para su gobernabilidad.
Para poder sobrellevar ese conflicto, “va a tener que recurrir probablemente todo el tiempo a su padre político”, desde el punto de vista del analista.
Candidato, no líder
Si bien el Partido Colorado consolida su poder por un periodo más gracias a Santiago Peña, su figura no es más que la de un “candidato”.
Pérez Talia sostiene que “el modelo de gestión pública paraguayo está completamente agotado”, donde el Estado no puede proveer con calidad los bienes públicos (salud, educación, infraestructura y transporte público, por ejemplo).
“Lo que padece la ciudadanía paraguaya es una tragedia diaria”, sostuvo el politólogo, al describir que es un contexto poco favorable para el nuevo mandatario, quien considera carece de un liderazgo.
Para hacer frente a las transformaciones “que requiere este Estado paraguayo que está completamente agotado, que ya no es capaz de sostener una gestión pública decente”, se requiere de un “liderazgo del Poder Ejecutivo”, advirtió Pérez Talia.
Extradición y relacionamiento
Por otro lado, Peña tendrá el desafío de gestionar un posible pedido de extradición del actual titular de la ANR, Horacio Cartes, por parte del gobierno de los Estados Unidos, que lo designó “significativamente corrupto” y hasta con vínculos con el terrorismo; una situación latente y factible que podría significar un fuerte “huracán” en la gestión del ahora presidente electo, considerando el peso de la figura del empresario en su carrera política personal, considerado incluso “su sombra” en el poder.
Otro reto para su liderazgo será el relacionamiento que deberá construir y concretar con referentes de la oposición, como el mismo Efraín Alegre y el polémico Payo Cubas, que obtuvo más del 22% de los votos; a lo que habría que sumar al mismo gobierno norteamericano, que en periodo electoral sancionó por corrupción a destacadas figuras del Partido Colorado, entre ellas, al propio vicepresidente de la República, Hugo Velázquez.
Sus propuestas
Peña prometió durante su campaña política la reducción de los precios de los combustibles y gas, acceso a la vivienda, seguridad y creación de nuevos empleos.
“Plata en tu bolsillo”, con la cual pretende devolver “la competitividad a Petropar”, que volverá a ofrecer “mucho mejores precios para tu movilidad y para que los precios de los productos no se disparen”. Además, prometió bajar el precio del gas.
Crear 500.000 nuevos empleos, “que levantarán la economía para que haya más circulante”, también figura como propuesta de su plataforma.
Che Róga Porã y Tekoporã Mbarete son otros de sus programas. En el primero ofrecerá facilidades para el acceso a la vivienda a través de préstamos flexibles y viviendas sociales; mientras que en el segundo pretende aumentar un 25% el monto del subsidio para que las “familias no pasen hambre”.
Su plan para combatir la adicción a las drogas y reducir la venta se denomina “Chau chespi” y, como programa de seguridad, lanzó “+Linces -motochorros”.
Entre sus prioridades no figura algún tipo de solución al ineficiente transporte público, que trae como consecuencia el crecimiento del parque automotor generando más tránsito caótico.
Tampoco se sabe, hasta el momento, cuál será la estrategia que empleará de cara a la negociación del Anexo C del Tratado de Itaipú.