El empresario naviero Robert Bosch dijo a ÚH que el estiaje o bajo caudal del río hará difícil las cosas este año. “El río sigue bajando. Si bien en el lado paraguayo estamos bien todavía, hay otros tramos que ya están pasando con restricción de calado”, subrayó.
Precisó que entre Paraná y Corrientes hoy tienen cuatro a cinco pasos donde ya no llegan a 9,5 pies para navegar y lo están haciendo con ciertas restricciones de calado. “Hay un paso medio bajo en el río Paraná a partir de Corrientes. Hay cuatro a cinco pasos donde no hay 9,5 pies y se tiene restricción de calado. No nos dejaban pasar porque no hacían pie y para usar el canal alternativo se tuvo que tener autorización de Vías Navegables”, recalcó.
Puntualizó que la época de estiaje no se presenta nada alentador y en Paraguay van a tener en algún momento restricción de calado para navegar. Indicó que la Prefectura es la que debe sacar la resolución sobre el calado para la navegación, que hoy está en 11,5 pies y podría bajar para la próxima semana. “Este año va haber un estiaje muy importante. En los últimos tres años tuvimos bastante agua y ahora toca la época de aguas bajas del río”, recalcó.
DRAGADO. Sobre las medidas que están tomando para que no afecte en mayor medida la navegabilidad, Bosch dijo que deben insistir al Ministerio de Obras Públicas (MOPC) para que se hagan los trabajos de dragado en pasos complicados.
“En nuestro país lo que falta y es estratégico es que se haga el dragado. Estuve con el embajador holandés hablando sobre este y otros temas para que una empresa holandesa haga el proyecto. Hay que dragar con seguía o sin sequía diez pies”, remarcó.
Subrayó que es vital la navegabilidad del río, atendiendo a que el ochenta por ciento del comercio exterior entra y sale por la hidrovía, al igual que los productos de Bolivia y del norte de Brasil.
Por otra parte, otros sectores que dependen de la vía fluvial para trasladar sus productos, como la Industria Nacional del Cemento (INC), ya están transportando materia prima (clinker) desde Vallemí a Villeta, en barcazas con limite de cargas para navegar.
A todo esto se suma que la falta de lluvia acelera más la bajante del río Paraguay.