El Paraguay es un país de juguete, una República de mentira, que no funciona. Los narcos, según Enrique Riera, inficionaron todos los niveles del Estado. Parecería que mandan sobre el Poder Judicial, la Fiscalía General, el Poder Legislativo y, supuestamente, sobre el Poder Ejecutivo. Puros memes del poder real que fueron contratados como gerentes de un grupo empresarial para generar ganancias en la principal actividad privada con fines de lucro del Paraguay: la política, que administra normas y vende su incumplimiento.
Los últimos presidentes en el mundo que quedan todavía firmes, donde el poder reside en la política, son Putin, Xi-Jinping, Orban, Erdogan y quizá entren en esta lista los checos Petr Pavel, presidente, y su tocayo Petr Fiala, primer ministro. Podrían ser Macron, Lula y algunos escandinavos. Son halcones, dictadores y demócratas, algunos, que entienden la investidura del poder. No hablo de la calidad total de todas sus instituciones, por ahora, solo hablo de poderosos de verdad. Un paraguayo no puede exigir instituciones sólidas al mundo, apareciendo penúltimo en corrupción en Sudamérica solo antes de Venezuela. Yo solo quiero comparar a presidentes de verdad con los memes en el Poder Ejecutivo como los que tenemos en la actualidad. Dónde están los Raúl Alfonsín, Fernando Hen-rique Cardoso, J.F. Kennedy, el primer ministro Winston Churchill con su sangre, sudor y lágrimas. En qué paraje quedaron las memorias de Getulio Vargas con O Petróleo é Nosso en el Brasil, la investidura de Tabaré Vázquez en el Uruguay y la reputación intelectual del mandatario más ilustrado del mundo, en su momento, que le cupo ser a FHC desde Brasilia.
PRAGMATISMO
Es por eso por lo que, supongo, Donald Trump desecha a los memes y ya negoció con Vladimir Putin, presidente con poder real, un arreglo geopolítico donde Volodimir Oleksandrovich Zelenski puede convertirse en un etcétera en cualquier momento. Sorprendiendo a todos, por medio de un enviado especial a Caracas, Trump cerró negocios petroleros con Maduro dejando a Edmundo González totalmente mudo en posición descolocada. Peor que Guaidó, otro presidente de fantasía que no pudo asumir. No lo culpen a Peña por haber sido ninguneado en la inauguración del gobierno Trump. Para este hombre de negocios, el vendedor de los Estados Unidos, el business as usual supera toda identidad ideológica. El representante del tigre sudamericano, Tiríka, ni huele cómo funciona el mundo. El estilo ñande amigo no tiene nada que hacer delante de las relaciones internacionales donde solo se consideran intereses. Nuestro vendedor estrella que hace visitas planetarias en modo puerta a puerta debe ser perdonado, por ingenuo, no por malo. Todavía no logró su objetivo, levantamiento de sanciones.
Mientras tanto, para Trump, el petróleo de Venezuela con los fertilizantes y los minerales del Heartland de Mackinder en la zona de Ucrania, además del posicionamiento geopolítico que puede compartirlo con Rusia en la zona más estratégica de la Eurasia, son más importantes que la Argentina de Milei, su aliado de selfis, que no sabe qué hacer con el veinticinco por ciento de tarifas que les aplicó EEUU a sus productos esenciales que se importan en EEUU. En Europa y Asia es mejor andar bien con el zar de la Rusia imperial antes que con el actor cómico, que era el socio comercial del hijo de Biden, adversario político, habrá dicho el empresario estadounidense que acaba de ingresar a la Casa Blanca.
Según Andrés Malamud, al referirse a lo que está haciendo Trump con Putin, “el apaciguamiento es una concesión geopolítica para evitar un conflicto. Trump no apacigua a Putin, se está aliando, el conflicto es de ambos con Europa, que no se entera”. ¿Qué tal?
CONCLUSIÓN
En este admirable mundo incierto, el Paraguay no tiene un presidente de verdad. El cargo de poder formal que coincida con el real está vacante desde el 2023. En la geopolítica mundial se nos perdió la pelota. En la política nacional ni le pasan el balón. Hasta el ocho de diciembre de 2025, la gerencia general del Paraguay puede probar tener algo de influencia. Luego, vienen las fiestas de fin de año, y al volver de las ferias legislativas y judiciales ya se estará en plena campaña para las municipales del 2026. No se sabe qué protagonismo tendrá el Poder Ejecutivo en un “sálvese quien pueda” que pueden ser las municipales.
Tanto el presidente formal del Paraguay como la ciudadanía paraguaya sufren de una enfermedad que se presenta como anomalía comportamental que les impide cambiar para mejor. No son dueños de su NO. No saben negarse a nada. Algunos dicen sí y se venden por vinos y carne prémium de carnero.
El presidente formal no tiene ninguna personalidad para ejercer de verdad su mandato conformándose con los placeres del poder nominal. Y la gente está con tantas necesidades que tampoco es dueña de su No. Saber decir no es un poder lleno de energía. El otro lo presiente. Puede dar buenos resultados. Le recomiendo al presidente SP y a la élite económica, que quiere una alternancia en el Paraguay, que puedan leer todos los libros que son best sellers exitosos en el mundo corporativo. Se titulan El arte de decir NO , El poder de saber decir NO , etcétera. Los hay de varios autores. Uno de ellos es Hedwig Kellner. Otro es Damon Zahariades. Buena lectura. Este artículo continuará en su parte dos a ser publicada: “Se busca presidente (II)”.
¡Saludos cordiales!