Las autoridades del Poder Ejecutivo optaron por la estrategia del silencio y se limitaron a informar que siguen haciendo el monitoreo del trabajo de rastrillaje que está realizando la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en la zona.
Anoche venció el plazo que el grupo armado dio al Gobierno para liberar a Carmen Villalba y a Alcides Oviedo.
Desde el entorno presidencial indicaron que tomaron la decisión de mantenerse alejados de las negociaciones que están realizando las hijas para tener una prueba de vida de Denis. Hubo contacto permanente con la Fiscalía y la Corte. Los efectivos militares y policiales siguen con los operativos esperando una orden por parte del comandante en jefe, que se mantuvo en Asunción. Durante el fin de semana, los militares realizaron incursiones en el monte, acompañando al padre de Adelio.
El presidente de la República mantiene contacto permanente con los familiares que se encargan de las negociaciones y estuvieron realizando conferencias de prensa para informar sobre el cumplimiento de la entrega de los kits de víveres en las comunidades indígenas que rechazaron el ofrecimiento.
ESCENARIO COMPLEJO. Con este nuevo secuestro en medio de la crisis sanitaria y cuestionamientos por el manejo del Poder Ejecutivo de la pandemia, se suma un escenario más complejo para el presidente Mario Abdo Benítez.
La crisis de seguridad marcada por la agenda impuesta por el EPP pone en aprietos al inquilino del Palacio de Gobierno. Referentes del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), con otros sectores de la oposición, realizaron cuestionamientos y hasta están hablando de la idea de reflotar el juicio político al mandatario por los últimos acontecimientos ocurridos en el Norte. Primero con el abatimiento de dos niñas en un confuso procedimiento de la FTC durante el choque con los integrantes de la guerrilla, ahora sumado al secuestro del ex vicepresidente Denis.
Esta crisis encuentra a Abdo negociando con el sector del cartismo en el marco de la Operación Cicatriz que pretende darle gobernabilidad con el respaldo de los colorados. Sin embargo, aumenta el fuerte desgaste de la figura presidencial con la pandemia sumado a lo que está ocurriendo en el Norte.
Las movilizaciones que se dieron en Concepción, parte de Asunción y otros puntos del país, condenando la extorsión del grupo armado y exigiendo una salida al Gobierno, demuestran que la ciudadanía está expectante.
Varios analistas políticos y especialistas en materia de seguridad coinciden en señalar que el Gobierno debe cambiar su estrategia de combate al grupo armado y no centrarse solamente en la maniobra militar para erradicar la operación de este grupo armado que ya recaudó más de USD 3 millones en los últimos años.
Una de las opciones que plantean es realizar una cumbre de poderes para tratar el tema de seguridad. La última reunión que se desarrolló fue en el 2019 cuando Blas Llano era titular del Congreso.
Durante la campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales, el presidente Mario Abdo Benítez había señalado que con voluntad política recuperaría la soberanía en el Norte y que potenciaría la capacidad de acción de la Fuerza de Tarea Conjunta para el combate al grupo armado.