El dictamen de la Contraloría confirma que el intendente de Asunción, Óscar Rodríguez, manejó de manera ilegal fondos provenientes de bonos emitidos para obras. El ahora investigado por la Fiscalía se justificó diciendo que hay una disparidad de criterios en cuanto a la utilización o no de la cuenta única por parte del Municipio. Lo cierto es que la capital está abandonada y a diario se suman los problemas; es esencial que se aclare la situación financiera, pues la calidad de gestión está a la vista, en las calles de una ciudad olvidada a su suerte.
El 9 de noviembre de 2021, Óscar Nenecho Rodríguez asumió como intendente de Asunción. Esa vez lo hizo por el voto de los asuncenos, ya que antes se había convertido en intendente interino, tras la renuncia de Mario Ferreiro, quien fue envuelto en un escándalo de corrupción.
Ferreiro, el último intendente de la oposición, había sido imputado y acusado en un supuesto esquema de recaudación paralela en la Comuna asuncena y después de cuatro años se comprobó que fue una causa montada. Mario Ferreiro fue sobreseído de la acusación.
Muy diferente es el caso de Óscar Rodríguez, quien ganó las elecciones y asumió como intendente de Asunción en medio de una investigación fiscal por presuntas irregularidades en las compras realizadas por la Municipalidad de Asunción con los fondos de emergencia Covid-19. La investigación abierta en el Ministerio Público ha tenido muy tímidos avances.
En su discurso el día de la asunción al cargo, Nenecho pidió a los concejales que acompañen la gestión, y “todo lo que venga en beneficio de la ciudadanía”. También se puso a disposición de los concejales para “trabajar en la transparencia, en beneficio de Asunción y la ciudadanía”. Tres años después, los asuncenos le exigen respuestas sobre lo que hizo con el dinero de los bonos, ya que en la ciudad no se ven obras ni mejoras de ningún tipo.
La Contraloría General de la República emitió un dictamen, tras revisar los documentos de la Municipalidad de Asunción sobre el manejo de fondos de emisiones de bonos, específicamente del G8 y G9. Con el análisis de estos documentos se hicieron evidentes las irregularidades en el manejo del dinero que era para obras y fue destinado a gastos corrientes, sin las documentaciones que las respaldaran. Según los funcionarios de la Contraloría, tampoco recibieron las informaciones que requirieron al Municipio. El intendente, en su defensa ante la prensa, indicó que en el informe de la Contraloría “no se menciona que hubo daño patrimonial, malversación, lesión de confianza o alguna que otra figura penalmente reprochable” y que hay sí una disparidad de criterios en cuanto a la utilización o no de la cuenta única por parte del Municipio.
Para algunos concejales de la oposición, como Álvaro Grau, de la bancada del Partido Patria Querida, “es, sin duda, el caso más grande de malversación en la historia de la administración municipal del Paraguay, y podría ser también de toda la administración pública”. El concejal señaló que Asunción no se merece un intendente como el actual, que la ciudad está en quiebra y la ciudadanía harta y que lo razonable sería que una persona en esa situación, presente su renuncia al cargo.
No obstante, pese a las graves dificultades financieras, la Junta Municipal aprobó un mensaje de la Intendencia sobre la intención de un nuevo millonario endeudamiento por G. 299.000 millones, para cubrir el déficit temporal de caja.
La capital del país vive momentos críticos, pero pese a los persistentes cuestionamientos y reclamos, sigue en un estado de total abandono. Recordemos que, hace dos años, según un reporte oficial, la Municipalidad de Asunción gastó el equivalente al 60% del presupuesto en salarios y apenas el 9% en obras. Asunción se ve hoy enterrada bajo escombros, baches, raudales y deudas, y con autoridades que claramente no conocen el trabajo para el cual fueron electas.
El desorden y la anarquía en todas sus facetas son el resultado de la ausencia absoluta de un gobierno municipal. Ahora queda dilucidar y transparentar el estado financiero del Municipio, y seguir exigiendo que las autoridades se enfoquen en mejorar los servicios para los habitantes de la capital.