20 ene. 2025

Se debe priorizar el bienestar de usuarios del transporte público

Reguladas, elevado costo de tarjetas del billetaje, unidades chatarras, carencia de servicio nocturno y en los fines de semana, son algunos de los reclamos que a diario realizan los usuarios del transporte público. Estos reclamos siguen sin recibir respuestas ni de las autoridades del Gobierno ni de los empresarios que poseen los permisos. Urgen políticas públicas que desarrollen un sistema de transporte que ubique en el primer lugar de las prioridades al ciudadano y a su bienestar. Un buen sistema puede ser la solución al caos del tráfico.

El más reciente golpe al bolsillo del ciudadano ha sido el anuncio de que, tras el arribo de una nueva tanda de tarjetas electrónicas, habrá un reajuste del costo de las tarjetas del billetaje; por lo que a partir de ahora pasarán a costar G. 25.000, un aumento que representa más del doble de lo que fue su precio en el 2019, en el inicio de su implementación. Así lo comunicó el titular del Centro de Empresarios de Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam), César Ruiz Díaz, quien explicó que el costo de la tarjeta Jaha subió de precio debido al aumento en el costo de origen, y justificó el nuevo precio con el argumento de que Paraguay es consumidor final y no productor, por lo que no puede intervenir en el costo.

El billetaje electrónico es lo más cerca que ha estado el país de ver algo de modernización en su sistema de transporte. El billetaje supuso, además de ofrecer mayor comodidad para el pasajero, la posibilidad de desarticular la figura del chofer cobrador, una actividad que debían realizar estos trabajadores y que distraían su atención de la delicada labor de conducción.

El billetaje, no obstante, demoró años para comenzar a funcionar, y ahora, faltando poco para cumplir dos años de su implementación, anuncian el aumento del precio de la tarjeta de usuario, sin antes haber resuelto dificultades que son denunciadas cotidianamente como lo son los problemas de validación del plástico en los buses.

Este es nada más que uno de los aspectos de la compleja problemática que afecta a los usuarios del transporte público en Asunción y su área metropolitana, así como también en todo el país. Los usuarios están abandonados y no tienen dónde recurrir para hacer escuchar sus reclamos.

Uno de los más recurrentes y también sin solución a la vista es el de las reguladas. Las mismas son sistemáticamente negadas por los empresarios que explotan el servicio, sin embargo basta con observar de qué manera circulan las unidades en las horas pico, temprano en la mañana y en las tardes, para ver que los buses van repletos. También se puede observar a muchedumbres aguardando en las paradas de ómnibus, bajo el quemante sol, bajo la lluvia o pleno invierno, esperando por horas un transporte que los lleve al trabajo o de regreso al hogar. Las autoridades gubernamentales nada hacen por resolver esta situación, no hay fiscalizaciones ni sanciones.

También se merece mención especial el estado de las unidades. Los usuarios reclaman que deben viajar en buses obsoletos que ya debían haber salido de circulación; así como también mencionan que en los buses de servicio diferencial, en el que el precio del pasaje es mayor, el aire acondicionado y la calefacción no funcionan correctamente, por lo cual se está pagando por un servicio que no se está recibiendo.

La carencia de unidades del transporte que presten el servicio en el horario nocturno es una cuestión que nunca se ha logrado resolver. Tampoco hay buses durante el fin de semana y ese pedido también sigue pendiente. Para todo ello, es evidente, no bastan las quejas ni los reclamos de los usuarios, y las promesas caen en el vacío. La última la formuló el viceministro de Transporte, quien manifestó recientemente que se encuentra en pleno ajuste el diseño para implementar buses eléctricos entre los horarios de las 22:00 y 00:00, proyecto conjunto con la Embajada de Taiwán, que proveerá los vehículos. Parafraseando a Santo Tomás: ver para creer.

Son demasiados los padecimientos y humillaciones que deben soportar los usuarios del transporte público en el Paraguay, por tanto urgen políticas públicas que desarrollen un sistema de transporte que ubique en el primer lugar de las prioridades al ciudadano y a su bienestar.