Unas 25 familias han sido víctimas de una estafa, cuando personas inescrupulosas gestionaron préstamos del Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) a nombre de estos pequeños productores de San Pedro del Paraná, Departamento de Itapúa.
Las víctimas del engaño viven en la incertidumbre, ya que deben asumir deudas que no solicitaron en realidad y que además no pueden pagar. Otro de los efectos que sufren los estafados es que ahora son clientes morosos en el sistema Informconf, por lo cual no pueden acceder a pequeños préstamos para financiar sus proyectos productivos, o siquiera comprar electrodomésticos para sus hogares.
El Crédito Agrícola realizó una auditoría y un sumario a funcionarios de la oficina que cuenta con aproximadamente 1.500 clientes de bajos recursos. Aparentemente el modo de operar consistía en utilizar los datos de los clientes y también los de sus familiares para hacer los trámites de créditos que en realidad no habían solicitado. En muchos de los casos investigados se encontró que las firmas en los documentos eran falsas.
Otro de los elementos hallados es que las fechas de los préstamos fraudulentos otorgados por la oficina del Crédito Agrícola de Habilitación de San Pedro del Paraná coinciden con la campaña electoral del entonces jefe zonal, Albino Bareiro. Se descubrió en este sentido que la mayoría de los créditos se otorgaron entre 2018 y 2021, cuando el funcionario Albino Bareiro se desempeñaba como jefe de la oficina de San Pedro del Paraná. Este era el principal responsable de aprobar los préstamos luego de una evaluación previa sobre la capacidad de pago de cada cliente, proceso en el que participaban otros dos funcionarios que formaban parte del Comité de Crédito.
Bareiro también se dedicaba a la política partidaria, ya que aspiraba a la intendencia de San Pedro del Paraná. Desde el 2019 realizaba mítines con miras a las elecciones del 2020, pero como los comicios se postergaron por la pandemia, su campaña electoral también se extendió. Así fue que aprovechó ser un referente del CAH y organizó reuniones para captar votos y mostrarse al lado de vecinos de la comunidad que viven en situación de pobreza.
“Me da rabia porque se aprovechan de los pobres. Justo ahora se descompuso mi lavarropas y no puedo sacar a crédito”, lamentó Celia Leguizamón, quien descubrió que tiene una deuda de casi G. 14 millones en el CAH como codeudora de su padre, Zacarías Leguizamón, quien falleció en el 2019. Ella supo de la cuenta cuando el año pasado le negaron la compra por su mala calificación crediticia en Informconf.
Entre los afectados se encuentran personas que viven en la extrema pobreza, quienes apenas crían gallinas y cultivan mandioca para el autoconsumo, sin siquiera contar con los servicios básicos, y pese a ello les han adjudicado deudas millonarias.
Se espera que las autoridades de la institución así como la Justicia investiguen y aclaren las denuncias, pero sobre todo que determinen castigos ejemplares en contra de las personas que se aprovecharon de estos campesinos, en plena pandemia del Covid.