Egipto continúa siendo el país más afectado con al menos 325 peregrinos fallecidos, la mayoría por golpes de calor, según dijo una fuente médica a EFE bajo condición de anonimato, aunque el gobierno del país árabe ha reconocido únicamente 28 que pertenecen a su delegación oficial de más de 50.000 personas.
Sin embargo, admitió que le está siendo difícil recopilar los datos de todos sus nacionales ya que un gran número viajó a realizar el ritual, que terminó el pasado miércoles, de forma irregular, en referencia a que no estaban incluidos en las cuotas de personas marcadas por Arabia Saudí para cada país y que viajan en las misiones oficiales.
Egipto ha formado una célula de crisis para dar seguimiento a este tema, encabezada por el primer ministro del país, Mostafa Madbuli, y que este sábado se han reunido, sin que por el momento se conozcan más detalles.
Tanto Egipto como Jordania, que ha registrado al menos 75 muertos, han culpado a “individuos y agencias” por facilitar esos viajes de forma irregular y han prometido castigo contra ellos.
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El Ministerio de Exteriores jordano ha reconocido que sus nacionales fallecidos han muerto por el “calor extremo”.
Arabia Saudí, en silencio
Cada país, que va ofreciendo datos sobre los decesos entre los peregrinos, cuenta con una delegación oficial con los permisos y visados que Arabia Saudí expide para el ritual.
Sin embargo, debido al precio elevado de este viaje, que tiene un coste medio de 5.000 dólares por persona, muchos optan por otras vías que el reino saudí considera ilegal.
Estos fieles que viajaron de forma no oficial, por ejemplo con visado de turista, no tenían acceso durante la peregrinación a las instalaciones climatizadas y tiendas de campaña, por lo que sus únicos refugios eran las calles de la ciudad más sagrada del islam ante el calor extremo.
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El reino saudí, que ha celebrado el "éxito” de la peregrinación y que gasta millones de dólares en acomodar a los fieles, no ha reaccionado hasta el momento ante la información de los decesos.
Las primeras consecuencias
En el Gobierno de Túnez, que ha documentado 49 muertos, se ha cobrado la primera víctima política.
El presidente del país, Kais Said, destituyó ayer, viernes, al ministro de Asuntos Religiosos, Ibrahim al Shaibi, poco después de conocerse que el número de fieles tunecinos fallecidos en el hach.
El segundo país más afectado ha sido Indonesia, con unos 200 muertos, seguido de la India, con 98; Malasia, 34, y Bangladés, con 31.
Marruecos ha anunciado al menos 20 decesos, mientras que el Gobierno del Kurdistán iraquí ha informado de 19 muertes durante la peregrinación.
Otros países como Irán, Libia, Holanda, Estados Unidos o Siria han anunciado fallecidos.
Sin embargo, en la gran mayoría de los comunicados no se indican las causas de la muerte de estos fieles y la cifra podría aumentar durante los próximos días.
El hach es uno de los cinco pilares del islam y es obligatorio al menos una vez en la vida para cada musulmán cuya salud y recursos se lo permitan.
Fuente: EFE