El Fondo Monetario Internacional (FMI) planea “una nueva baja” a sus proyecciones de crecimiento “tanto para 2022 como para 2023", que publicará a finales de mes, dijo Georgieva en una nota preparada antes de la reunión de los ministros de Finanzas y gobernadores de los Bancos Centrales del G20 prevista en Bali el viernes y sábado.
“Cuando el G20 se reunió por última vez en abril, el FMI acababa de rebajar su previsión de crecimiento mundial a 3,6% para este año y el próximo, y advertimos que eso podría empeorar debido a que se avecinaban potenciales riesgos de deterioro”, escribió Georgieva en la nota titulada “Hacer frente a una perspectiva económica que se ensombrece: cómo puede responder el G20".
“Desde entonces, muchos de estos riesgos se han materializado y las múltiples crisis que enfrenta el mundo se han intensificado”, agrega la jefa del FMI, para quien la inflación es más alta de lo esperado y se ha ampliado más allá de los precios de los alimentos y la energía.
“Tensiones sociales”
En su nota, el FMI advierte en particular que esta inflación podría “encender tensiones sociales” dentro de los países afectados.
Le puede interesar: Argentina seguirá pacto con el FMI
“Se mantiene la tendencia hacia un crecimiento más lento y una inflación elevada”, afirma, citando como causa la guerra en Ucrania, pero también las nuevas medidas de confinamiento adoptadas en China para luchar contra la propagación del Covid-19 y el endurecimiento de las políticas monetarias por parte de los bancos centrales, en particular en Estados Unidos.
Entre las principales preocupaciones, el FMI se muestra, asimismo, alarmado por la inseguridad alimentaria que “escala rápidamente”, con efectos más graves en las poblaciones más pobres.
Para contrarrestar este problema, el FMI predica continuar con el “multilateralismo” y toma como ejemplo la reciente cancelación de las restricciones a las exportaciones de alimentos.
Nota relacionada: FMI señala complejo panorama y desafíos
“También se necesita una cooperación internacional continua para poner fin a la pandemia, lograr emisiones netas cero (de dióxido de carbono) hacia mediados de siglo, apoyar a las economías vulnerables y reformar los impuestos corporativos internacionales”, afirma.
Para ilustrar esta necesidad de cooperación, Georgieva concluye citando un proverbio balinés: “Menyama braya”, que significa que “todos somos hermanos o hermanas”.