Alrededor de 16 documentos de acreditación fitosanitaria de importación se otorgaron desde fines de enero y el plazo para su uso venció ayer. Esta interrupción se debe a los reclamos de los horticultores, pues ya no vendían sus tomates desde que ingresaron los extranjeros.
El director de Comercialización del Ministerio de Agricultura y Ganadería, Ernesto Sotelo, explicó que esta nueva medida se tomó el 23 de enero. Actualmente aún hay cargas disponibles para su venta en R.I. Corrales, Yhú y 3 de Febrero, del Departamento de Caaguazú. En total, la producción nacional puede abastecer el 30% de la demanda.
El objetivo apuntaba a complementar las ventas entre tomates nacionales y extranjeros, pero los comerciantes directamente dejaron de comprar el tomate paraguayo.

Por su parte, Pedro Villarreal, de la Asociación de Comerciantes e Importadores Frutihortícolas del Paraguay, se quejó de la falta hortalizas y que la prohibición de su importación solo promueve el contrabando. Este ilícito no solo se comete en Asunción; de hecho, esta semana cayeron cargas en el Departamento de Alto Paraná.