La marcha, que en la capital tuvo epicentro en el palacio del Congreso, fue convocada por 150 organizaciones de la sociedad civil agrupadas en el colectivo Unidad Provida, con el fuerte respaldo de la Iglesia Católica y de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina.
Bajo la consigna “volvamos a hacer historia”, miles de personas se volcaron a las calles con banderas argentinas y pañuelos celestes, que identifican a los provida, en contraposición a los verdes, de quienes apoyan la legalización del aborto.
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El denominador común fue reivindicar la defensa de “las dos vidas” -la de la madre y la del niño por nacer- ante la decisión de Fernández de enviar el pasado día 17 un proyecto de ley para legalizar la interrupción del embarazo.
“La mayoría celeste va a salir una y todas las veces que sean necesarias para garantizar los derechos a la vida de todos los argentinos”, aseguró Memé Moscoso, abogada de Portal de Belén, una de las organizaciones convocantes.
Un proyecto para legalizar el aborto ya había sido debatido en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), quien dio vía libre para su discusión tras años de intentos por parte de la izquierda y de grupos feministas para impulsar la iniciativa.
En aquella ocasión, la Cámara de Diputados avaló el proyecto, pero el Senado lo rechazó, en medio de masivas movilizaciones a favor y en contra.
“Condena a muerte”
El proyecto de Fernández permite el acceso a la interrupción del embarazo hasta la semana 14 de gestación, y más allá de ese plazo si la mujer sufrió una violación o corre peligro su vida, únicos dos supuestos por los que en la actualidad se permite abortar legalmente en Argentina.
El presidente ha argumentado que los abortos ocurren en forma clandestina y ponen en riesgo la vida y la salud de las mujeres por lo que, a su juicio, el “dilema” que debe superar el país es si los abortos se practican clandestinamente o en el sistema de salud.
“El presidente no está diciendo la verdad cuando dice que la legalización del aborto es una prioridad de salud pública. Hay más de cien causas prioritarias por las que mueren las mujeres, y mucho más en pandemia. Mueren quince veces más embarazadas que quieren tener a sus hijos, 20 veces más mujeres por desnutrición o HIV y 300 veces más por cáncer de mama”, afirmó Ana Belén Mármora, portavoz de Unidad Provida.
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El proyecto para legalizar el aborto va acompañado de una iniciativa gubernamental denominada “Plan de los mil días”, que prevé dar asistencia sanitaria y económica a las madres durante la gestación y hasta los 3 años de edad del niño.
Para María Sol Srebot, de la organización Frente Joven de la ciudad de Rosario, “el Gobierno cayó en la contradicción irracional de defender los derechos de algunos niños por nacer con un proyecto y, simultáneamente, en condenar a muerte a otros con el proyecto de aborto legal”.
La nueva iniciativa proaborto, que responde a una promesa de campaña de Fernández, jefe de Estado desde finales de 2019, se estima que volverá a tener el apoyo necesario en la Cámara de Diputados, aunque de nuevo podría ser rechazada en la Cámara Alta, ya que, aunque el oficialismo tiene mayoría absoluta, el aborto genera diferencias en el seno de los principales grupos políticos.
La Iglesia Católica reitera su rechazo
Días después de que la movilización de este sábado fuera convocada por grupos provida, la Conferencia Episcopal Argentina, que reúne a los obispos católicos del país, llamó a sumarse a la manifestación “para expresar el valor y el respeto por la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural”.
Desde entonces, se han multiplicado los mensajes de diversos prelados en contra del proyecto de ley.
Incluso el pasado miércoles se hizo pública una carta del papa Francisco, en la que el pontífice argentino señala que “el problema del aborto” no es un asunto “primariamente religioso sino de ética humana”, anterior a “cualquier confesión religiosa”, y sostiene que es bueno preguntarse si “es justo eliminar una vida humana para resolver un problema”.