Anoche, con el 9% de sufragios escrutados, Noboa obtuvo un 47,21% de los votos válidos, frente al 40,88% de la candidata presidencial del correísmo, Luisa González (Revolución Ciudadana), a quien el actual mandatario ya derrotó en la segunda vuelta de las elecciones extraordinarias de 2023.
Un sondeo a boca de urna dado a conocer tras el cierre de los colegios electorales daba un 50,12% de votos válidos para Noboa y 42,21% para González, con una muestra de más de 28.000 casos a nivel nacional, y un margen de error del 2,98%.
Para ganar en primera vuelta se necesita obtener la mitad más uno de los votos válidos, o bien lograr al menos el 40% y una ventaja de mínimo diez puntos porcentuales sobre el segundo candidato.
De no ser así, habrá una segunda vuelta entre los dos aspirantes más votados el próximo domingo 13 de abril, que previsiblemente serán Daniel Noboa y Luisa González, los mismos que se enfrentaron en segunda vuelta de 2023, en unos comicios adelantados por la dimisión del entonces presidente, Guillermo Lasso.
En tercer lugar, del escrutinio figura el candidato del movimiento indígena Leonidas Iza (Pachakutik), con 5,26%, seguido de la activista ambiental Andrea González Náder (Sociedad Patriótica), con 2,92%. Los doce candidatos presidenciales restantes no alcanzan ni el 1%.
Más de 13,7 millones de ecuatorianos estaban convocados este domingo a las urnas para elegir a sus autoridades nacionales para el periodo 2025-2029, entre ellos a quienes ostentarán la presidencia y vicepresidencia, a los 151 integrantes de la Asamblea Nacional (Parlamento) y a cinco representantes para el Parlamento Andino.
Las elecciones en Ecuador transcurrieron con normalidad y una participación superior al 83%, si bien algunos candidatos –como González– vertieron acusaciones contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) por presuntamente haber favorecido a Noboa por permitirle hacer campaña sin apartarse plenamente del cargo de presidente.
UN PAÍS EN CRISIS. Pese a la sangrienta guerra del narcotráfico, el desplome de la economía y una aguda crisis energética, los ecuatorianos se muestran optimistas sobre el futuro de su país.
Los últimos años han sido brutales y caóticos para Ecuador, una pintoresca nación andina de unos 18 millones de habitantes que llegó a ser bastión de estabilidad en una región convulsa.
Los cortes de electricidad provocados por una histórica sequía han sumido al país en la oscuridad. La violencia alimentada por el narcotráfico ha provocado el asesinato de un candidato presidencial, el control de las cárceles por parte de bandas criminales y el asalto de un canal de televisión por hombres armados mientras sus periodistas transmitían en directo.
Pero una encuesta publicada en diciembre por la firma local Comunicaliza mostró que más del 50% de los votantes creen que su país estará mejor este año.