A la luz de su destacada labor, el médico José Antonio Rolón Pose, sobrevivió a todas las administraciones municipales en toda esta era democrática. En sus poco más de tres décadas de servicio incorporó la figura del “seguro comunitario de salud”; motivo por el cual la ciudad recibió –incluso– un reconocimiento de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Es más, en los tres periodos en los que fue concejal municipal destinó el rubro que recibía como tal. Es decir, no cobró un solo guaraní de su dieta que pidió que sea reprogramado y destinado para obras en la comunidad. Para el equipamiento de plazas, el centro de salud, clubes deportivos, entre otros. La concepción del Seguro Comunitario de Salud empezó en el año 2000.
Fram encargó su censo que permitió tener una radiografía de la situación de salud en la zona en aquella época. En el 2002 se puso en marcha el seguro que hoy ya tiene 22 años de vigencia. Cada asegurado abona G. 15.000 por familia. “Ahora hemos incorporado otra figura que las familias que pagan G. 50.000, financian los instrumentos para cirugías ortopédicas”, comenta. El exitoso programa ha sido posible –suscribió– mediante el involucramiento y trabajo conjunto de toda la comunidad, tanto de intendentes, concejales, empresarios, comerciantes, industriales como de la ciudadanía en general. “Acá se trabajó con todos los intendentes que tuvo Fram. Cada uno dejó su huella, no solo vinieron sino que empujaron para que esto sea más grande cada día. Los roles siempre estuvieron bien establecidos: El 90% de mis compañeros son colorados, no me interesa lo que hagan del portón para fuera; pero acá adentro no se habla de política. Nunca tuvo relevancia el tema de que partido es, sino la capacidad y el compromiso”, resaltó. A su criterio, el crisol de razas y religiones, donde en otros puntos es como que foco de discordia, de disputa, en Fram sacó su mejor versión: “Acá tuvo mucho que ver el espíritu de emprendedor y trabajador de los inmigrantes y el espíritu solidario del paraguayo. Esa mezcla hace que para lo que sea y no importa de qué partido sea”. Recuerda, por citar, que la iglesia ortodoxa estuvo mucho tiempo sin párroco y los ortodoxos iban a la misa católica sin ningún problema. “Hoy, cuando no está el padre católico, el padre ortodoxo hace el tema de defunción, por ejemplo –cita–. Entonces esa conjunción hacía que la gente de Fram estuviera muy acostumbrada a trabajar por la institución y, posteriormente, tuvimos asesoramiento que nos ayudaron y nos dieron las herramientas”, repasa. El eximio profesional continuará, no obstante, su labor en el centro asistencial como director médico. Aseguró a la comunidad que no se alejará de sus responsabilidades médicas y el compromiso de velar por el bienestar de los pacientes.
Aclaró que su decisión de dejar la dirección del hospital obedece a la necesidad de dar paso a nuevas ideas y enfoques en la gestión hospitalaria; como también la renovación para continuar con la mejora y adaptación a los desafíos en el campo de la salud.