En la segunda parte de la entrevista que concedió el supuesto narcotraficante Sebastián Marset al programa Santo y Seña, del canal 4 de Uruguay y transmitido este domingo, aseguró que no se entregará a la Justicia, y que eso no está bajo negociación.
“No voy a entregarme nunca y no me siento acorralado. No está en negociación”, afirmó, además de confirmar que la política de los países de la región (Uruguay, Paraguay y Bolivia) no se muestran “justos”.
“Someterme a la Justicia de Paraguay por mi voluntad no lo voy a hacer”, expresó contundentemente, y advirtió que el año próximo sabrán si “soy ángel o demonio”.
"(Los Gobiernos de la región) están en un complot contra mí”, sentenció Marset, comentando además que la mafia de la política es la más traicionera.
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Asimismo, calificó de “payasada” el operativo A Ultranza PY —que desmanteló una mega organización de tráfico internacional de drogas y lavado de activos, en base a la cooperación nacional e internacional— al cual se lo vincula.
En el programa, el supuesto narco aprovechó para burlarse abiertamente de las autoridades paraguayas, al decir que no pidió permiso para hacer volar “sus helicópteros” que trasladaron a Patricia Martín, periodista uruguaya que lo entrevistó.
Asimismo, el abogado de Marset estaría en conversaciones con el agente fiscal uruguayo Diego Pérez, según revelaron en el programa, aunque el fiscal general de ese país, Juan Gómez, “negó negociar con narcotraficantes”.
En la continuación de la entrevista, el narcotraficante también mostró su lado más personal definiéndose como una persona creyente y amante de la familia. “Para mí está Dios y la familia, después todo el resto. Soy de mucha fe”, señaló.
Además, se mostró arrepentido de haber elegido el camino de la delincuencia. Aseguró de ser consciente de las consecuencias de su situación actual y confesó que habría preferido seguir pintando autos, que era su oficio antes de iniciarse en el mundo del narcotráfico.
Marset se deslindó de casos en Uruguay
En el programa Santo y Seña también mencionaron la investigación del operativo Wayra, del 2013, coordinada a nivel policial entre la Unidad de Investigación Sensitiva de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (Dgtid) de la Policía Nacional de Uruguay.
Tras ver elementos probatorios de ese operativo, se había determinado en su momento que Marset era el destinatario de un cargamento de 450 kilos de marihuana, transportado a bordo de una aeronave paraguaya pilotada por Juan Domingo Viveros Cartes —alias Papacho y tío del ex presidente paraguayo Horacio Cartes—, luego detenido por eso el 29 de julio del 2012.
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Tras su detención en Uruguay en octubre del 2013, Marset habría confesado sus vínculos con Papacho Cartes y con el cargamento transportado en aquella oportunidad.
Durante la entrevista, Marset se defendió y se desligó de casos criminales ocurridos en Uruguay, como el caso del homicidio de un amigo de la infancia, Alfredo Roldán, ocurrido en 2018 en el fondo de una casa de Las Toscas (Uruguay); el caso de Martín Mutio, un hombre imputado en 2019 por un cargamento que llegó a Hamburgo con 4,5 toneladas de cocaína y que partió de Montevideo; y del ataque con una bomba molotov contra la Brigada Antidrogas de Uruguay en 2020.
“No me meto con periodistas ni fiscales. Y cada uno tiene su trabajo”, afirmó Marset ante las consultas de la periodista ante los casos que supuestamente se lo vincula en Uruguay.
“Me catalogan de muchas cosas. Pero mi negocio no viene de la mano de matar o poner bombas. No tiene por qué ser así”, agregó Marset en la nota de este domingo.
Análisis de la producción y repercusión política de la primera entrevista a Marset
Ignacio Álvarez, conductor de Santo y Seña, junto a la periodista Patricia Martín dedicaron buena parte del programa para desmentir algunas dudas legítimas y no tan legítimas con respecto a la producción de la primera entrevista a Sebastián Marset, además de mostrar las repercusiones políticas en los gobiernos de Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Con respecto a las versiones de que supuestamente la entrevista sería un montaje y la periodista no estuvo cara a cara con Marset, la misma Martín señaló que la grabación se realizó con dos cámaras de celulares.
En total, se captó tres tomas durante toda la entrevista. En la primera se los ve juntos, la segunda muestra un primer plano al supuesto narco, y la tercera expone a la periodista desde la espalda de Marset, que sería un contraplano falso, que se realizó gracias al cambio de sillón para evitar que se vea el interior de la casa, según referenció la profesional.
También comentó que la grabación se hizo de noche por cuestiones de seguridad y para evitar identificar la casa, ya que las cortinas del interior de la vivienda tapan el ventanal de la casa donde está Marset.
La periodista también se defendió de las acusaciones que recibió por parte de las autoridades paraguayas, confirmando que sí viajó a Paraguay y que luego habría tomado un vuelo interno de Asunción a Ciudad del Este, además de realizar viajes terrestres y aéreos.
Con respecto a que el Gobierno paraguayo le trató de mentirosa a la profesional uruguaya, la misma señaló que ni el mismo Estado puede identificar las más de 20 avionetas diarias que estaría movilizando el narcotráfico y el crimen organizado, por lo que menos aún podría identificar el vuelo de un helicóptero o los vuelos internos que eventualmente habría tomado para realizar la entrevista.
En otra parte del programa se abordó las repercusiones políticas de la entrevista en los gobiernos de Bolivia, desde donde una autoridad de dicho país calificó al conductor de Santo y Seña, Ignacio Álvarez, como un infiltrado de la inteligencia estadounidense; de Paraguay, que desnudó la falta de controles del tráfico aéreo; y Uruguay, desde donde minimizaron el caso de Marset.
En el segmento televisivo dedicaron otra parte para defender la trayectoria de la periodista que habló con Marset, ya que es ganadora de premios en investigación periodística y que no es ninguna “improvisada” para realizar tal tarea.
Ante las acusaciones que recibió el programa de que supuestamente realizan una “apología del delito o al narcotráfico” al exponer a Marset, aclararon que su profesión los obliga en realidad a hacer una “apología de la información”. En ese aspecto, argumentaron que no están para defender a ningún supuesto narco, sino que más bien como periodistas están en su derecho de entrevistar e informar a la opinión pública.
Patricia Martín afirmó que se trató de una entrevista “muy difícil”, y reconoció que Marset habló más de lo que ella se imaginaría, exponiendo que “dijo su verdad, y está en cada uno creerle o no”.
Mención a Tío Rico
En la primera parte de la entrevista, que se pasó al aire el domingo 26 de noviembre, el narcotraficante se refirió al operativo A Ultranza PY, por el cual es investigado en nuestro país, refiriéndose a uno de sus supuestos aliados, Miguel Ángel Insfrán alias Tío Rico.
“Al famoso Tío Rico lo metieron en la cárcel, lo tienen aislado, porque él puede decir muchas cosas por la corrupción, la política, creo que es más por eso”, señaló.
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En conversación con la periodista, el hombre que se presentaba en Paraguay como un gran empresario, reconoció que se consolidó en el mundo del narcotráfico en las cárceles uruguayas, donde aprendió los secretos del negocio.
“Aprendí cosas que me llevaron a llegar a donde estoy ahora, no por tema de delincuencia, sino por el tema de cuidarme. El negocio que elegí no es muy bueno, es de mucha traición. Muy difícil confiar”, sostuvo.
“Para mí las personas que hacen su trabajo están en lo correcto, no me meto con periodistas ni con fiscales, con nadie. Yo hago lo mío y cada uno tiene su trabajo”, expresó.
En tanto, Paraguay sigue las pistas que puedan dar con el paradero de Marset, prófugo de la Justicia al portar un pasaporte paragauyo falsificado y tras obtener el pasaporte uruguayo en una cárcel de Dubai.