“La educación nos prepara no solo para saber acerca de la historia, las matemáticas, sino también lo bueno, lo malo, lo permitido, prohibido, valores, y así poder ir desarrollándose y creciendo como persona hasta alcanzar la adultez, de lo contrario seguiremos en deuda con nuestra niñez”, explica.
En la actualidad, el Ministerio de la Niñez cuenta con dirección que trabaja con los chicos en situación de calle, los aborda y recoge información sobre ellos, si se dedican a algún tipo de trabajo infantil, luego se deriva a la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia, donde -en caso de necesitar los representan judicialmente.
Señala que “sería una mentira decir que ya no existen niñas en situación de explotación laboral, pero también es bueno reconocer que desde el Ministerio de la Niñez y la Fiscalía en la lucha contra la Trata se está haciendo un trabajo de concientización y erradicación de dicho flagelo”.
La defensora Ovando es tajante al decir que “sin educación, los condenamos a una vida sin oportunidades con todo tipo de vulneraciones, vulnerando ya el derecho constitucional a la educación, y así podemos enumerar otros no menos importantes como la salud, la vivienda, a una vida digna”.
Refiere que a medida que conocen sus derechos, son capaces de exigir y a la vez denunciar vulneraciones como malos tratos y abusos.
Además, explica que lo fundamental es que se pueda dar en las escuelas la educación sexual, a fin de que sobre todo las niñas puedan empoderarse y saber que su cuerpo nadie lo puede tocar, ni siquiera bajo el falso cariño.