Endémico. En la vorágine del día a día y también en la noche, la falta de seguridad en determinadas situaciones se convierte en otro dolor de cabeza para los responsables de los hospitales públicos.
El problema está enquistado en muchos centro asistenciales. Cuanto mayor es la dimensión, pareciera ser que se incrementa la inseguridad.
Un vivo ejemplo de esta lacerante situación se da en el Hospital Nacional de Itauguá. Afincado en un terreno de 60 hectáreas, dentro de las cuales 25 corresponden a los bloques construidos, la inseguridad se mueve a sus anchas.
La doctora Yolanda González, directora de dicho hospital, comentó que son constantes los robos de motocicletas. “Vienen a elegir las motos acá para robar, porque estaban probando varias de ellas”, contó.
Hasta el 23 de febrero el Hospital Nacional contaba con guardia de seguridad privada. Sin embargo, la burocracia impide contar con dicho servicio. Recién meses después, el proceso de licitación comienza a avanzar.
Por el momento, la seguridad del hospital depende del trabajo de cuatro policías, según contó la directora del nosocomio.
A la gran dimensión del terreno se suma su endeble vallado. El alambre es cortado y por ahí pasan los que comenten el delito y se llevan su botín. La penúltima semana de mayo cinco ladrones fueron detenidos. Sin embargo fueron liberados al poco rato, relató González.
Descuidistas. No solo los biciclos están en la mira. El robo de celulares también es un hecho de cada día. “Son personas que entran camufladas como parientes de pacientes, son los que se conocen como descuidistas”, describió la directora.
Este delito parece ser otra epidemia en el sistema sanitario público. Los doctores Nick Ocampos y Luis López, de los hospitales de Trinidad y Loma Pytá respectivamente, también mencionaron dicho problema. “Muchas veces la gente deja su teléfono cargando. Cuando los doctores les llaman por alguna urgencia, se levantan y se van y ahí aprovechan otros para robarles”, contó el doctor López.
En Loma Pytá un tiempo dejaron de tener seguridad privada. Como algo de ventaja, el centro cuenta con una comisaría a 50 metros.
En Trinidad no solo los robos son el problema. También es la agresión al personal de salud en urgencias. “Esto suele ocurrir sobre todo los fines de semana. Vienen los heridos con otras personas que son muy agresivas. Solemos recurrir a la Policía Nacional”, reveló el doctor Ocampos.
Presupuesto. La falta de recursos es la causa que impide que muchos hospitales públicos cuenten con su propia seguridad.
“Nosotros tenemos un tope presupuestario. Entonces a veces no podemos cumplir con todos los hospitales para proveerles seguridad privada”, admitió el doctor Hernán Martínez, viceministro de Salud.
Como tampoco la policía puede, se deberá ver en algún momento cómo paliar esta situación, expresó.
Reconoció que el dotar seguridad a los hospitales es una deuda histórica. Agregó que se seguirá viendo la solución. Pero sin presupuesto destinado a ello es difícil.
El problema es presupuestario. Tenemos un presupuesto limitado y se utiliza en otras prioridades. Hernán Martínez, viceministro de Salud.
La burocracia es el problema. El proceso licitatorio para contar con guardias está parado de nuevo por protestas. Yolanda González, Direc. Hospital Nacional.