Johana Peralta
El emblemático grupo Sembrador, actualmente integrado por José Antonio Galeano, Gilda Heisecke y Jorge Tuga Ramírez, cumple 45 años de trayectoria dejando a su paso un valioso aporte musical. En ese marco, el 10 de agosto de este año realizarán una gran Gala de despedida en el Teatro Municipal de Asunción, donde además presentarán un disco.
Igualmente, como parte de las celebraciones, el conjunto insigne del Nuevo Cancionero paraguayo lleva adelante el Concurso Nacional de la Composición Joven Maneco/Garbett, como homenaje a sus inolvidables compañeros, Maneco Galeano (1945-1980) y Jorge Garbett (1954-2015). Las creaciones galardonadas formarán parte del último disco de Sembrador.
En medio de sentimientos encontrados, la agrupación se despedirá luego de hacer música para resistir, en los oscuros tiempos de la dictadura de Stroessner, y música para la reflexión, en la actualidad. Luego de la inesperada partida de Jorge Garbett, en octubre del 2015, resolvieron continuar como trío.
INICIOS. Sembrador nació en 1973, recuerda José Antonio Galeano. “Cuando Derlis Esteche, eterno generador de acciones y por entonces compañero mío de facultad en Derecho de la UNA, me dijo que en agosto se haría el Festival Universitario de la Canción. Fue así como nos juntamos María Celia Chela Villagra, Gilda Arias y Maneco Galeano, conformando el Quinteto Vocal de la facultad, con el cual ganamos el primer premio a la composición con una obra de Maneco, San si Juan no que sí, y el segundo premio en interpretación, con una versión de India, de Ortiz Guerrero y Flores”, comenta Galeano.
Terminado el festival, convinieron que sería un despropósito no seguir juntos. Fue así que buscaron un nombre, y Maneco dio en el que los acompañaría hasta ahora: Sembrador.
Como Maneco fue quien más abogó por continuar cantando y convertirse grupo, él tiene la condición de fundador, y así siempre lo reconocieron.
Esencia. José Antonio explica que los pilares fundamentales del canto de la agrupación son la libertad, la esperanza, la solidaridad y la fraternidad, y a ello apuntan todas sus canciones. “Nos interesó siempre el canto testimonial, ese que convierte a los músicos en testigos de su tiempo”, dice. Sembrador asumió que su canto era arte, pero también podía generar un hecho político. “Fue así que con otros compañeros del Nuevo Cancionero Popular Paraguayo, movimiento generacional al cual pertenecemos, hicimos de nuestras canciones y nuestras presentaciones un arma de denuncia, reclamo, testimonio y lucha”, menciona José Antonio.
Anécdotas. En 1987 fueron llamados a un Festival en Itauguá donde participarían el terceto Ñamandú (César Cataldo, Ricardo Flecha y Chondi Paredes), Sembrador, y también Cantamérica, el grupo liderado por Menchi Barriocanal. Unos días antes le dijeron que la policía lo prohibió, y que el festival pasaría a ser una serenata a la Virgen. Antes de llegar al lugar fueron ellos demorados y llevados a la comisaría, ubicada frente a la iglesia y la plaza principal, que estaba abarrotada de gente, cuenta Galeano. “Tan solo al llegar, el público vociferaba pidiendo la liberación de Cantamérica y de Ñamandú, y luego sumó a su reclamo y a su grito colectivo un estruendoso '¡que salga Sembrador!’. Estuvimos dentro un par de horas y luego fuimos liberados. Al final, la serenata no se pudo hacer y terminamos departiendo hasta la madrugada con mucha gente en la casa parroquial”, recuerda.
En memoria. Como tributo a Maneco y Jorge, Sembrador resolvió, con el apoyo de la Fundación Itaú, convocar al Concurso Nacional de la Composición Joven Maneco/Garbett, que también marcará su retiro de los escenarios. “Consideramos que es bueno retirarse a tiempo y que este es el momento de tantos y brillantes jóvenes que están haciendo muy buena música”, concluye José Antonio.