El cargamento, empaquetado en 429 panes que llevan la impresión del nombre o símbolo del clan o grupo criminal que lo trafica, alcanzó 456 kilos con 700 gramos de clorhidrato de cocaína.
La pérdida para el crimen organizado por esta incautación ronda los USD 13 millones, según interventores
Los detenidos fueron identificados como Aníbal Almada Russi (44), Alfredo Ignacio Centurión Romero (31), Reinaldo Ramón Aquino (29), Alexis Elías Centurión Romero (30), Fernando Luis Florentín Britos (45) y Édgar Agustín Lambaré González (31).
El procedimiento, llamado Operación Perla Negra, se realizó sobre la ruta que conecta Yabebyry con Panchito López, en el Departamento de Misiones, y estuvo encabezado por la agente del Ministerio Público, Elva Cáceres.
La carga de la droga y los detenidos fueron trasladados a la base de la Senad en Asunción, donde se realizó el pesaje correspondiente.
OTRO CARGAMENTO. Catorce días antes, en la zona de Filadelfia, en el Chaco, también fueron incautados 430 kilogramos de cocaína y detenidas en esa oportunidad dos personas, en un operativo denominado Resiliencia.
Tras la incautación de la cocaína oculta en un camión tumba, agentes de Senad realizaron otros seis procedimientos tras los responsables de la carga y parte de la logística criminal, en la ciudad de Concepción, Horqueta y Arroyito respectivamente.
Uno de los detenidos fue Diego Andrés Rojas García, en la vía pública de la ciudad de Arroyito, a bordo de una camioneta. Se incautaron además varios vehículos.
La millonaria carga fue incinerada el viernes por disposición de la jueza Penal de Garantías del Crimen Organizado, Rosarito Montanía.
Los paquetes de droga fueron trasladados hasta una sede ubicada en zona de Chaco’i, en medio de un importante despliegue de seguridad, donde se procedió a la incineración, ante presencia de representantes del Poder Judicial, Ministerio Público y Defensoría Pública.
En el procedimiento, personal de la Dirección Forense Especializada de la Senad realizó el pesaje de cada bolsa y la extracción aleatoria de muestras para el análisis primario de campo y el acopio como evidencia.
Posteriormente, se procedió a la incineración del total del cargamento, valuado en unos 13 millones de dólares en el mercado europeo.