La denuncia contra el senador Martín Arévalo se radicó por supuestos pedidos de designación en puestos claves de funcionarios de la Dirección de Aduanas, y por su presunta intermediación en la tramitación de sumarios, decisiones jurisdiccionales y procesos administrativos de competencia de la institución.
Ante la acción, el senador Arévalo desmintió estar involucrado en cualquier hecho ilícito y alegó que tenía una amistad íntima con el titular de Aduanas.
“Julio Fernández primero habla de tráfico de influencias porque le pido un cambio de funcionarios por rotación, que él mismo dijo: ‘yo no le di’, entonces qué tráfico puede ser”, dijo el legislador colorado en contacto con radio Monumental 1080 AM.
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El senador también manifestó que Fernández lo llamó en una oportunidad a pedir ayuda tras una denuncia presentada por Detave, pero que en ese momento le mencionó que, si llegaba a sus manos, lo iba a mirar y actuar como corresponde.
“Él no dice lo que me planteaba y nosotros teníamos un grado de amistad y afinidad donde él me podía plantear cosas y yo también”, sostuvo.
Arévalo comentó que incluso se reunía con Fernández para orar los miércoles, por lo que eran muy amigos. “Por la relación de creencia religiosa tampoco se pueden plantear esas cosas, pero de mi parte nunca hablamos de negocios indebidos”, agregó.
Denuncia por intermediación
El titular de Aduanas también denunció que el parlamentario habría intervenido de igual manera en sumarios administrativos, como también pidió la intermediación para devolver mercaderías incautadas a un ciudadano árabe, proceso que se encuentra abierto ante el Ministerio Público por contrabando.
Posteriormente, volvió a llamar a otra funcionaria con el objetivo de liberar la carga de sus amigos, señalando a un ciudadano de nombre Ahmad Khalil Chams como el supuesto propietario de la mercadería catalogada como de contrabando por Aduanas.
Al respecto, el senador aclaró que lo único que hizo en el caso fue averiguar qué paso con la carga porque representantes legales del propietario recurrieron a él hasta el Senado.
Precisó que las mercaderías tenían un valor de USD 5 millones y desaparecieron bajo la responsabilidad de Aduanas, pero nadie se hizo responsable.
“Yo hice las averiguaciones y al cerrar con los datos presenté al pleno del Senado. Acá, él (Julio Fernández) no supo cómo explicar la situación y comenzó a presentar denuncias en mi contra”, concluyó.