“Las principales trabas son los datos, como saben, yo siempre fui crítico de cómo maneja el Gobierno el tema de la tecnología, y acá, en este tipo de situaciones, se ve eso... Un Gobierno que sabe quiénes son los trabajadores desempleados no necesita pedir rellenar un formulario y todo eso. Creo que salta un poco esa parte que es la falta en el Estado de tener innovación a mano para poder hacer que la ayuda llegue”, expresó.
TIEMPO. Manifestó que los requisitos publicados por el propio Gobierno fueron contradictorios desde un principio y generaron mucha confusión en la gente a la hora de realizar el proceso de registro para acceder al beneficio.
“Primero hubo mucha dificultad sobre consensuar qué datos se requieren para que se pueda procesar ese pago. Inicialmente se pidió la foto de la persona y después se decidió que no hacía falta eso, y todo eso ocasionó un montón de cambios que a nivel técnico te diría que, si querés hacerlo bien, se requiere uno o dos meses con un buen equipo que pruebe”, dijo.
Recalcó que el número de personas a recibir el beneficio es mucho mayor incluso al programa Tekoporã, y la elaboración del mismo llevó muchísimo más tiempo antes de implementarse.
“En este caso, todos están trabajando a full, incluso las telefónicas”, expresó respecto al programa.