El cardiólogo Ángel Acosta Ayala explicó que el infarto es la muerte del músculo cardio por falta de irrigación sanguínea.
“El infarto ocurre porque se tranca una de las arterias del corazón que se llama coronaria. La misma se produce sobre una placa de grasa que se rompe”, indica.
La mencionada placa de grasa se forma lenta y progresivamente con el transcurso del tiempo cuando existen factores que favorecen a su desarrollo, como el colesterol, la diabetes, la alimentación no saludable, el tabaco y la vida sedentaria.
Otro factor que favorece al desarrollo de esta enfermedad es la genética, entiéndase, cuando en una familia varios miembros sufren de problemas cardíacos, por lo que es necesario prestar una especial atención.
Desencadenantes. Teniendo en cuenta que el infarto es “el resultado de un buen tiempo de evolución de los factores mencionados que hacen que en un momento determinado se desencadene la crisis”, es necesario tener en cuenta cuáles son esos desencadenantes.
El profesional de la medicina indica que son tres: el esfuerzo físico, las emociones y nada, ya que el infarto se puede dar sin la necesidad de que la persona esté desarrollando alguna actividad, “incluso puede ocurrir mientras duerme”, agregó.
Síntomas típicos. Dolor intenso en la zona del medio pecho o zona de la corbata (entre el cuello y el estómago).
Síntomas atípicos. Dolores en la mandíbula, brazo o espalda.
¿Qué hacer ante los síntomas?
“Según las estadísticas, la mitad de las personas que tiene los síntomas fallece y sólo la mitad logra llegar a tiempo a un centro asistencial”, manifiesta Ángel Acosta Ayala, médico cardiólogo.
Por lo general, cuando una persona siente los síntomas ya mencionados cae al suelo por el intenso dolor y lo inmediatamente necesario es realizarle una desfibrilación para revertir la arritmia.
Sin embargo, también se puede intentar un masaje cardíaco, “no es lo ideal, pero en algunos casos puede ayudar”, indicó el profesional, añadiendo que más bien eso se trata de una medida heroica.
Para evitar sufrir un infarto lo más importante es la prevención, estando en conocimiento sobre los factores de riesgo, especialmente los pacientes de “alto riesgo” que deben tener un cuidado mucho más estricto.