23 dic. 2024

Sequía

De cara a combatir los efectos adversos del cambio climático en los sectores más vulnerables, se presentó este martes el Plan Social de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) Ñamombarete Paraguay. El mismo busca fortalecer la resiliencia de los hogares en zonas del país afectadas por fenómenos como inundaciones, sequías y temperaturas extremas.
Más de 20 camiones hidrantes partieron en la mañana de este sábado rumbo al Chaco para llevar un total de 303.000 litros de agua para los departamentos de Presidente Hayes y Boquerón, debido a la sequía que afecta en la zona.
La comunidad Payseyamexyempa’a de Presidente Hayes denuncia que las autoridades tratan a los indígenas como animales y les niega el acceso al agua para consumo humano.
La bajante de los ríos Paraná y Paraguay provoca otros inconvenientes que van más allá de los problemas en la navegabilidad y el impacto en la calidad del agua, ya que también influye directamente en las hidroeléctricas Yacyretá, Itaipú y Acaray, que ya “redujeron bastante” la generación de energía a causa de la crisis hídrica.
A raíz de la sequía prolongada y el aumento de la demanda de agua, los acuíferos tienden a bajar sus niveles de cargas y tener un impacto en el abastecimiento en el corto plazo. A esto se suma que las lluvias llegan a los bolsones subterráneos recién después de ocho a 10 meses.
Las comunidades indígenas del Chaco viven en una situación extrema debido a la sequía, los incendios y la falta de asistencia. Pobladores reportan enfermedades por consumo de agua turbia mezclada con barro.
Las futuras sequías podrían durar más lo que hasta ahora habían previsto los modelos climáticos, de forma que a finales de siglo la sequía media anual más larga sería diez días más extensa.
El río Paraguay comenzó a bajar de manera continuada el 31 de agosto y, desde entonces, cada centímetro menos fue observado con mucha preocupación. Tras casi 20 días de descender sin parar, el nivel del cauce hídrico no presentó cambios y permanece con -1.13 metros en Asunción.
Por sexto día consecutivo el río Paraguay experimenta una bajante histórica con -0,99 metros y deja ver sus rocas en la zona de Remanso. Los pobladores vivían de la pesca, pero ahora el panorama es desolador.
Los pueblos indígenas emitieron un comunicado en el que aluden a los incendios en el Chaco y atribuyen a la avaricia empresarial la destrucción del medio ambiente.
La Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) puso en marcha un plan de contingencia para garantizar el suministro de agua potable ante la bajante histórica del río Paraguay.
El sector ganadero arrastra cuatro años de sequía y con los bajos precios se van instalando los impactos de corto y largo plazo. El directivo de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Jorge Dos Santos, reconoció que los productores están rematando sus animales y que la suma de todas las adversidades va generando una descapitalización.
Varios camiones cisternas salieron en caravana desde el Comando del Ejército con destino a comunidades del Chaco que urgen la provisión de agua potable ante la sequía. En total se trasladan 425.000 litros de agua.
Después de meses de sequía, finalmente la tan esperada lluvia llegó a Concepción este jueves y la madrugada del sábado, trayendo un respiro al Norte del país.
Eduardo Mingo, director de Meteorología e Hidrología, analizó el comportamiento del fenómeno El Niño “que no se comportó como debía” y advirtió que La Niña podría tener el mismo comportamiento.
Normalmente, el nivel del río Paraguay debería estar subiendo en esta época del año, más aún con la presencia de El Niño, que se caracteriza por excesos de agua. Sin embargo, la “rebeldía” de este fenómeno se manifestó con lluvias puntuales y no estacionales, en medio de una incertidumbre en que se avecina La Niña, que generalmente trae periodos de sequía.
Debido al déficit de lluvias, el nivel del río Paraguay permanecerá bajo, pero también disminuirán los niveles de agua subterránea, lo que impactará directamente en la disponibilidad de agua potable, según el estudio del Mades.
Las lluvias llegaron al Chaco paraguayo para felicidad de los habitantes, luego de unos ocho meses de sequía. Con gran alegría y esperanzas, los pobladores salieron a las calles a festejar.
El gobernador del Departamento de Boquerón, Harold Bergen, indicó que siguen sufriendo las consecuencias de una larga sequía de hace más de tres meses, a la que se le suman la ola de calor y la falta de agua. Diez personas sufrieron muerte súbita en el Chaco por altas temperaturas, según la Fiscalía. Animales murieron de calor y sed.
El Departamento de Boquerón se encuentra en estado de emergencia ambiental, vial y alimentaria a causa de la sequía, que afecta tanto a poblaciones lejanas de las ciudades como a los animales. Desde abril que no llueve en dichas zonas.
El Departamento de Concepción sigue sufriendo el impacto de la sequía, ya que hasta el momento las lluvias no fueron suficientes, especialmente para la agricultura.
Si bien las proyecciones de crecimiento económico para 2023 se mantienen por encima del 4%, las consecuencias negativas de la sequía son desesperantes en algunas zonas y grupos poblacionales y para otros el panorama es incierto. La llegada de El Niño augura mejores perspectivas, pero se mantiene cierto grado de incertidumbre. El problema de la alta dependencia de factores exógenos de la economía paraguaya como el clima no es nuevo y a pesar de esto es poco lo que realiza el Estado para cambiar la situación
Pobladores del Chaco paraguayo festejaron el ingreso de aguas del río Pilcomayo, que trae alivio y esperanza en medio de una fuerte sequía que los golpea.
La indiferencia hacia la población más pobre y que vive en las zonas más alejadas e inaccesibles del Chaco paraguayo no solamente es insostenible, sino que además es una vergüenza y una comprobación de la mala gestión de las instituciones del Estado. A principios de este año las intensas lluvias mantuvieron aisladas durante varios días a poblaciones enteras del Alto Paraguay, dichas precipitaciones causaron también daños y perjuicios a los pobladores. No existe justificativo alguno para este criminal abandono.
Los 153 delfines de las especies rosado y tucuxi hallados muertos en la última semana de septiembre en el río Tefé, uno de los afluentes del Amazonas, corresponden al 10% de la población de cetáceos que habita esa región castigada por una fuerte sequía y altas temperaturas.
El cuarto contingente militar con camiones cisternas transporta 250.000 litros de agua potable a familias del Chaco, afectadas por la sequía que azota la zona.
Productores agrícolas de sésamo y otros rubros del Departamento de Concepción están siendo afectados ante la sequía por la falta de lluvias que se registra en la zona.
De acuerdo con el Centro de Monitoreo de Alertas y Desastres Naturales (Cemaden), la severa sequía en la Amazonia de Brasil puede ser histórica y prolongarse por lo menos hasta el mes de enero próximo. Además, alerta que los efectos de El Niño en la región este año serán más fuertes.
La crisis climática amenaza las aguas azules y sus cielos abiertos del lago más grande de Sudamérica: el Titicaca. La impactante reducción del nivel de agua se debe a una ola de calor invernal sin precedentes que también afecta a los lugareños.
Los episodios de calor y sequía extrema aumentarán en las próximas décadas en el planeta en todos los posibles escenarios futuros de emisiones, pero los aumentos más significativos se producirán en los supuestos de mayor volumen de contaminación, en los que no se hayan aplicado políticas climáticas.
Un 59,58% del territorio argentino padece distintos grados de sequía, según difundió este martes el Sistema de Información de Sequías para el Sur de Sudamérica (Sissa).