Al desalentador panorama que pronosticó el banco Itaú la semana pasada, con una revisión del crecimiento económico a la baja (0,5% frente al 3% previsto antes del cierre del 2021), se adhirió MF Economía, consultora que pronostica una expansión del PIB en 2022 de tan solo el 0,2%, lo que sería una especie de empate técnico. En su última previsión, el Banco Central del Paraguay (BCP) estimó un crecimiento del 3,7%.
El ex ministro de Hacienda y director de MF, Manuel Ferreira, explicó que esa proyección se basa en un declive del 60% en la producción de soja, lo que en términos del PIB agrícola resultaría en una caída del 41,4%. Esto se traduce en pérdidas por valor de USD 700 millones para la agricultura, pero además en unos 250.000 contratos por fletes y en una merma todavía no determinada en la cadena productiva, como ser ventas de combustible, maquinarias, repuestos, comida, entre otros.
Además del efecto que podría tener el menor ingreso de divisas en el tipo de cambio del dólar, Ferreira considera que esta situación también impactará en una menor recaudación del Fisco mediante los impuestos a la renta, dificultando el cumplimiento del Presupuesto Público.
La consultora Mentu, cuya cabeza es el ex titular de la Secretaría de Planificación, Hugo Royg, es un poco más optimista. Si bien coincide en que la sequía está impactando duramente al sector agropecuario, estima que la expansión del PIB podría terminar el 2022 situándose en el 2,7%, cifra que igualmente representa 1 punto porcentual menos que lo pronosticado por el BCP.
Royg subrayó que al hablar del campo, no solo se habla de los grandes productores y exportadores, sino también de la agricultura familiar campesina y de una cadena productiva con menores músculos y herramientas para hacer frente a los embates del clima. A su criterio, esto se podría empezar a ver en las próximas semanas con un aumento en los precios en productos de la canasta básica.
¿Ajuste? El Banco Central del Paraguay (BCP) todavía no se pronunció oficialmente con respecto a una revisión de su proyección inicial de crecimiento económico.
La banca matriz estimó para el 2022 una expansión del PIB en el orden del 3,7%, sustentado en un aumento del 1,6% en el sector primario, del 3,5% en el secundario y del 4,3% en el terciario.
El primero en diferir con este pronóstico fue el banco Itaú. La entidad financiera, en un informe publicado hace unos días, estimó un crecimiento de solo el 0,5%, lo que representó un duro ajuste a la baja frente al 3% proyectado anteriormente.
La recuperación está en riesgo
Tras dos años duros para gran parte de la economía, por los efectos del Covid-19, se esperaba que este 2022 sea un año de fortalecimiento en la recuperación y de retorno a niveles de actividad prepandémicos.
Para el economista Aníbal Insfrán, asesor de entidades financieras y firmas productivas, es temprano aún para hablar de pronósticos, pero coincidió en que el crecimiento ya no será del 3,7%.
A lo expresado por Ferreira y Royg, acotó que el menor ingreso de divisas tendría muchas implicancias en la microeconomía, como en la inflación y en el costo de productos de consumo masivo, como la electrónica, en el cortísimo plazo.
Subrayó que la cadena productiva que está detrás de la agricultura son generalmente pequeñas y medianas empresas, sector que sigue un proceso de lenta recuperación. A su criterio, la sequía haría que la anhelada recuperación del 100% todavía no sea posible en 2022.