05 jul. 2024

Ser limpios es la única manera en que venceremos al dengue

Ya tendríamos que haber aprendido. Llevamos varios años sufriendo esta amenaza que se repite cada verano, ya se han enfermado y han muerto muchos familiares, pero todavía no hemos adquirido la conciencia suficiente para mantener limpio nuestro ambiente y evitar que se formen criaderos del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, al igual que chikungunya, zika y fiebre amarilla. En esta temporada hay 11.392 casos detectados de dengue, 757 casos confirmados, 93% concentrados en Asunción y Central. Llegan 1.200 notificaciones a la semana y en 2019 hubo 9 fallecidos por dengue. También hay 52 casos de chikungunya y 2 casos de zika. Razones más que suficientes para reaccionar y cambiar hábitos.

El primer caso de dengue en el Paraguay se registró en el año 1988, según las estadísticas oficiales. La enfermedad es endémica desde 2009, porque el virus permanece en forma latente y hace eclosión principalmente en las temporadas del verano, cuando puede llegar a convertirse en epidemia. Es decir, hace más de 30 años que el mosquito Aedes aegypti, que transmite el dengue, al igual que zika, chikungunya y fiebre amarilla, viene azotando a la población del Paraguay, pero hasta ahora –a pesar de los insistentes mensajes educativos– aún no aprendimos que la única manera de poder vencerlo realmente es cambiar de hábitos y dejar de arrojar basuras a las calles, a los cursos de agua, a los espacios públicos y terrenos baldíos. Es decir, aprender a ser más limpios.

De nada sirve invertir más en hospitales y centros de salud si no atacamos la raíz del problema. Es decir, una mejor infraestructura de atención sanitaria será siempre necesaria y hay que reclamarla al Estado. Pero la acción más importante es educativa y necesita que la sociedad se involucre más activamente en este proceso. Tenemos que adquirir mayor conciencia y contribuir a eliminar los miles de criaderos del Aedes.

En estas tres décadas de azote del dengue en el Paraguay hemos visto enfermar e incluso morir a muchísimas personas, en muchos casos familiares cercanos, seres queridos. Son muertes que podrían haberse evitado con un mayor cuidado, pero no aprendimos casi nada, a pesar de la insistencia.

En esta temporada hay 11.392 casos detectados de dengue, 757 casos confirmados, 93% concentrados en Asunción y Central. Llegan 1.200 notificaciones a la semana y en el recientemente culminado año 2019 hubo 9 fallecidos por dengue. También hay 52 casos de chikungunya, 2 casos de zika. Son cifras preocupantes que deberían motivarnos a reaccionar y a involucrarnos mucho más en esta lucha.

Podemos pedir más acción a la gente del Ministerio de Salud Pública y a las distintas dependencias estatales del área, a las gobernaciones y a los municipios, pero no será suficiente si todos los habitantes de este país no hacemos nuestra parte, cuidándonos de eliminar los criaderos que puedan existir en nuestras casas, en nuestros patios, en nuestro entorno. Una encuesta realizada el año pasado por el MSP reveló que el 20% de la población no asume que el mosquito Aedes aegypti transmite el virus de la enfermedad y que es necesario combatirlo.

Son lamentables las historias de vecinos que se niegan a que funcionarios o voluntarios encargados de limpieza y fumigación ingresen a sus domicilios a verificar si existen criaderos. No hay que llegar al punto de que otras personas tengan que entrar por la fuerza, con orden judicial, a realizar las limpiezas de nuestras casas que nosotros no hacemos. También sería muy triste que tengamos que esperar que enferme gravemente o incluso fallezca un familiar para que entendamos la importancia de contribuir a la limpieza. Debemos romper la pasividad, adquirir una mejor conciencia, interpelar a quienes mantienen lugares sucios en el vecindario, enseñar con el ejemplo de mantener un entorno limpio.

El Estado tiene muchas deudas pendientes en el sector salud, pero al dengue solamente lo vamos a vencer aprendiendo a ser más limpios.

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