–¿Cómo evalúa el crecimiento de la economía en 2024 y las proyecciones para este año?
–El crecimiento económico en 2024 del 4,0% fue muy bueno, impulsado por el dinamismo de varios sectores, incluidos el dinamismo de los servicios, las exportaciones agrícolas, la industria, así como por la continua solidez del crédito bancario. Este último factor ha contribuido a mejorar la inclusión financiera y el poder adquisitivo de las familias. Ahora, para que este crecimiento sea suficiente para encarar un desarrollo sostenible, es esencial que se mantenga la prudencia en las políticas fiscal y monetaria, reforzando la estabilidad macroeconómica. Además, resulta fundamental profundizar en reformas estructurales –tales como la modernización de la infraestructura, la continuidad en la consolidación fiscal con reformas en la Caja Fiscal que la hagan sostenible, reforma educativa para mejor acceso y mayor calidad, medidas que promuevan la reducción de la informalidad, entre las principales. Esto es para afianzar un crecimiento inclusivo y resiliente frente a posibles shocks externos derivados de la volatilidad externa o de impactos climáticos.
–¿Qué se puede hacer para que la gente sienta en su bolsillo el buen resultado macro?
–La expansión del empleo es fundamental. Veo que las prioridades de política están orientadas a ello, pero es verdad que para que el éxito macroeconómico se perciba con la misma sensación en todos los sectores, el aumento de las oportunidades de empleo es imprescindible. Un mercado laboral dinámico, con oportunidades formales y mejoras en el salario real, va a contribuir a que los hogares perciban los beneficios macroeconómicos de una manera más real. Sin embargo, es crucial que se acompañe este proceso con reformas estructurales de mayor alcance.
–¿Cómo ve el crecimiento de la deuda pública? ¿Es sostenible este ritmo a futuro?
–La sostenibilidad de la deuda pública es esencial para salvaguardar la estabilidad macroeconómica y mantener la confianza de los mercados internacionales. Si bien los niveles de endeudamiento de Paraguay siguen siendo moderados en comparación con otros países de la región, el ritmo de crecimiento de los últimos años requiere prudencia y una vigilancia continua para evitar un deterioro grave de las finanzas públicas. Para lograrlo, es prioritario mejorar la eficiencia y la calidad del gasto, asegurando que los recursos se destinen a proyectos con alto impacto social y productivo. Igualmente, es necesario continuar con el fortalecimiento de la Administración tributaria, que ha reflejado mayor eficiencia, y ha logrado reducir el déficit fiscal gradualmente al 2,6% a finales del 2024. Para consolidar esta tendencia es necesario impulsar reformas que faciliten una mayor formalización de la economía, con el fin de ampliar la base de ingresos de manera sostenible y sin afectar condiciones de competitividad de nuestro marco tributario.
–¿Ve al Estado con capacidad de generar recursos para el pago de la deuda pública a futuro?
–Los recientes resultados en la gestión fiscal son muy favorables. Ha aumentado la capacidad de recaudación y se ha reducido el déficit fiscal. Son buenas noticias, porque la capacidad del Estado para hon-rar sus compromisos de deuda futura depende en gran medida de la fortaleza de la recaudación fiscal y de la eficiencia con que se asignen los recursos públicos para su gasto. Para lograrlo, es esencial seguir con los esfuerzos de recaudación reduciendo la evasión tributaria para la ampliación de la base impositiva y en el fortalecimiento de la administración del Estado para mejorar la calidad del gasto. En este sentido, es clave reorientar el gasto público hacia sectores con alto potencial de impacto, tales como educación, salud e infraestructura, de modo que se promueva la productividad y la inclusión social. Y seguir recordando que contar con un presupuesto equilibrado y transparente, complementado por una planificación fiscal de mediano y largo plazo, va a contribuir a sostener un nivel adecuado de endeudamiento y a resguardar la estabilidad macroeconómica en el futuro.
–¿Qué opciones tiene el Gobierno para invertir en obras sin endeudarse indefectiblemente?
–Los proyectos de participación público-privada o APP son muy importantes. Las APP representan una opción valiosa para ampliar la inversión en infraestructura y servicios públicos sin incrementar excesivamente la deuda soberana, siempre y cuando se cuente con un marco legal y regulatorio sólido que garantice la transparencia y la mitigación adecuada de riesgos. Para lograr eso, es fundamental fortalecer los procesos de selección y evaluación de proyectos, de manera que se prioricen aquellos con alto impacto social y económico. La reciente reforma de la ley que las regula es un paso positivo. Además, diversificar las fuentes de financiamiento –incluyendo la movilización de capital del mercado local, la colaboración de ciertas APP con organismos multilaterales e incluso la emisión de bonos temáticos– podría permitir reducir la presión sobre las finanzas públicas y fomentar la participación del sector privado.
–¿Cómo ve la conducción económica del país?
–La conducción económica del país se ha caracterizado por un enfoque centrado en la estabilidad macroeconómica, reflejado en políticas fiscales prudentes, y una gestión monetaria que han contribuido a contener la inflación y a preservar la confianza de los mercados. Los esfuerzos han sido continuos para la presentación en el exterior de las condiciones propicias para la inversión y el comercio, junto con el robusto marco macroeconómico y clima de inversión positivo reconocido por varios organismos, como la Fundación Getulio Vargas. Se ha podido reducir la tasa de interés de política monetaria, como mencioné antes, el déficit fiscal ha disminuido, se han aprobado nuevas leyes positivas para el mercado de valores, un marco normativo para el régimen de pensiones que aún debe implementarse, se ha conseguido el primer grado de inversión por Moody’s, las condiciones de emisión de deuda soberana han mejorado, se ha ampliado el alcance para las APP, entre otros.
–¿Qué debe priorizar el Gobierno para que el país sea más atractivo a las eventuales inversiones privadas?
–Es vital que seamos capaces de mantener la credibilidad de las políticas macroeconómicas y sostener la estabilidad que ha caracterizado a la economía en los últimos años. Sobre esta base, en el mediano y largo plazo, creo que se requieren priorizar tres pilares claves: primero, educación, porque un sistema educativo sólido y relevante forma capital humano calificado, impulsa la productividad y estimula la innovación, que son determinantes para la competitividad de las empresas y la generación de empleos de calidad. Segundo, salud, porque una población sana contribuye a una fuerza laboral más estable y productiva, lo que reduce costos a las empresas y aumenta la eficiencia del sector privado.
–Respecto al grado de inversión, ¿cómo lograr que otra calificadora también otorgue similar nota?
–La evolución de los ratings de riesgo soberano en el 2024 fue uno de los aspectos más destacados en nuestra economía y refleja el reconocimiento positivo de los mercados internacionales. Incluso la tendencia reciente, luego del grado de inversión de Moody’s, también ha sido positiva, pues Fitch mantuvo su calificación en BB+ con perspectiva estable, y Standard and Poor’s mejoró su perspectiva de “estable” a “positiva”, sugiriendo con esa decisión que un nuevo grado de inversión puede estar cerca. Para que otra calificadora también otorgue el grado de inversión, creo que es muy importante mantener la disciplina fiscal y la sostenibilidad de la deuda, consolidar la estabilidad monetaria y financiera, impulsar la competitividad y la atracción de inversión, demostrar resiliencia o adaptabilidad ante shocks externos, profundizar la capacidad de respuesta de la economía mediante un marco institucional sólido y expandir nuestra integración comercial con nuestros países socios actuales y lograr nuevos mercados que permitan enfrentar la volatilidad global. Además, fortalecer el Estado de derecho y la institucionalidad, asegurar la transparencia, la seguridad jurídica y la lucha contra la corrupción. Estas medidas son valoradas por las calificadoras, pues contribuyen a un entorno de inversión estable y confiable.
–¿Cómo afectan los recientes casos de corrupción a la imagen del país ante inversionistas extranjeros y calificadoras?
–Fueron graves y pueden generar preocupación entre los inversionistas extranjeros y las empresas calificadoras, ya que levantan dudas sobre la fortaleza del Estado de derecho y la transparencia en la gestión pública. Esto fue también señalado ampliamente por numerosas organizaciones gremiales y civiles. Recordemos que el país cuenta con perspectivas económicas prometedoras, así como la reciente noticia de una nueva emisión de bonos soberanos con condiciones crecientemente favorables versus años anteriores.