Como una medida para controlar la inflación, especialmente de los alimentos, la economista Verónica Serafini ve como mejor opción trabajar en el fortalecimiento de la agricultura familiar campesina y la producción de ganado menor.
Este planteamiento ofrece una mayor oferta de alimentos, entre frutas, verduras y carnes, cuyos precios de agosto tuvieron una gran participación en la inflación de agosto.
Serafini mencionó que esta tendencia lleva años, ya que los datos desagregados del Banco Central del Paraguay dan cuenta de que la inflación de los alimentos hace años se duplicó y que en un país desigual como Paraguay, los índices afectan sobre todo a la clase trabajadora.
Al no tratarse un problema de liquidez que pueda corregirse con la tasa de política monetaria, la economista instó a mirar las causas a profundidad.
Al respecto, indicó que no hay otro camino que procurar que funcione la agricultura familiar, así como la producción pecuaria de pequeña escala, ya que hasta ahora solo se han beneficiado los actores del modelo extractivista, como la soja y el maíz. Estos grandes productores registran precios récords en el mercado internacional.