EFE. El primer ministro británico, David Cameron, el príncipe Enrique de Inglaterra y el activista “antiapartheid” y arzobispo emérito de Ciudad del Cabo Desmond Tutu encabezaron a las cerca de 2.000 personas que asistieron al oficio religioso en recuerdo de Mandela, que fue el primer presidente negro de Sudáfrica y que pasó 27 años en la cárcel.
El príncipe Enrique acudió al servicio en representación de su abuela, la reina Isabel II, junto con políticos británicos, entre ellos el líder del primer grupo de la oposición, el Partido Laborista, Ed Miliband, así como dirigentes religiosos.
La ceremonia, amenizada por canciones sudafricanas, homenajeó la vida y el trabajo de Mandela, fallecido el pasado 5 de diciembre a los 95 años en su domicilio de Johannesburgo.
Durante el acto, el vicepresidente sudafricano, Kgalema Motlanthe, y el diputado británico laborista Peter Hain leyeron discursos.
También acudieron al acto conmemorativo el exprimer ministro británico conservador John Major y miembros del gabinete de Cameron, entre ellos el titular de Sanidad, Jeremy Hunt, así como el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow.
Entre las personalidades religiosas asistieron el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el cardenal Vincent Nichols, líder de los católicos en Inglaterra y Gales.
En un discurso, el reverendo Desmond Tutu agradeció a los “espléndidos” e “increíbles” activistas contra el “apartheid” (segregación racial) sus esfuerzos para cambiar “el clima moral” en esa lucha.
"¿Qué habría ocurrido si Mandela hubiese muerto en la cárcel como era la intención y la esperanza de los que apoyaban el ‘apartheid’?”, se preguntó Tutu, para responder: “Supongo que la mayoría le recordaría como un terrorista. Después de todo, personas de alto rango en el Reino Unido y Estados Unidos lo despreciaron como si fuera uno”.
Desmond Tutu también tuvo palabras de agradecimiento para los que hicieron campaña contra el “apartheid” en el Reino Unido con piquetes contra la Alta Comisión de Sudáfrica en Londres durante esos años, así como para aquellos que apoyaron a Hain en su batalla para boicotear el deporte sudafricano en los 70.
“Gracias a los que regularmente hacíais piquetes contra la Casa de Sudáfrica (en Londres), gracias a las mujeres elegantes que boicotearon los artículos sudafricanos, gracias a todos aquellos que siguieron a un Peter Hain de pelo largo para frenar los deportes sudafricanos, gracias a todos aquellos jóvenes increíbles en otras partes del mundo”, dijo.