No es desconocido el dicho “si se tiene trabajo se puede salir de la pobreza”. Los índices de desempleo en general son datos muy valorados, ya que indican de alguna forma la capacidad de un país de generar espacios de ingresos para todos sus ciudadanos.
Me parece casi una contradicción que mientras los índices de desempleo suben en los países, empresas abren vacantes que no se logran cubrir. Esta brecha entre vacantes abiertas y desempleo es el desafío donde los servicios públicos de empleo tienen un rol fundamental. Me tocó esta semana asistir al diálogo regional de servicios públicos de empleo de la región, donde más de 17 países han pensado sobre esta problemática y sobre todo cómo la digitalización y las tecnologías pueden ayudar a reducir la brecha.
Algunas de las iniciativas más resaltantes tienen que ver con la capacitación laboral oportuna, relevante y de calidad. Ello, para dotar a los buscadores de empleo con habilidades, conocimientos y capacidades que les permitan ocupar puestos de trabajo sostenibles, además de generar progreso dentro de la empresa con una hoja de ruta de crecimiento personal.
Para el caso de los jóvenes y el primer empleo, se habló de la necesidad de generar espacios de pasantías que les permitan hacer sus primeras prácticas y aprendizajes. Donde las empresas reciban un motivador para contratar, pero así deben capacitar y alistar a estos jóvenes en sus habilidades duras y blandas.
Finalmente, hay que generar sistemas de información, portales de búsqueda y emparejamiento de empleo, y datos abundantes para medir impacto de estas y otras políticas activas del mercado laboral que permitan enfocar bien y no desperdiciar los valiosos recursos públicos de estos programas.
Es clave mencionar la necesidad de que los servicios públicos también generen empleo que se enfoquen en las minorías vulnerables, personas con discapacidad o sin acceso a servicios digitales, con especial atención, seguimiento oportuno y planes dedicados para no ampliar la brecha y no generar sesgos o discriminación.
Los servicios digitales representan definitivamente la gran oportunidad de llegar con intervenciones del Estado a todo el país sin necesidad de traslado presencial, brindando de esta manera servicios a través de internet las 24 horas del día. En la mayoría de los países de Latinoamérica los ciudadanos pasan más de cuatro horas conectados a internet para múltiples propósitos.
Sin embargo las horas que el ciudadano gestiona trámites en el ámbito público son aún mínimas, ya que la oferta de servicios digitales no está suficientemente madura en los países.
El Paraguay ha avanzado a través de servicios disponibles con sus servicios públicos de empleo. Y asimismo, con el sistema de capacitación laboral con módulos que permiten la autogestión de empleadores, la emisión de certificados de trabajo y la digitalización de los procesos de incorporación al SNPP. No obstante, hay tareas pendientes para que los servicios digitales a ciudadanos nos permitan acortar la brecha de empleo y cubrir rápidamente las vacancias, al tiempo de mejorar exponencialmente. El camino ya está marcado y hay datos de adopción muy positivos.