Es la primera vez que el segundo del Ejecutivo deja abierta la posibilidad de pugnar por la presidencia una vez que Mario Abdo culmine su periodo. En esta entrevista, analiza el duro golpe político recibido por el Gobierno con la derrota en Ciudad del Este, y evalúa la gestión del Gabinete.
–¿Por qué perdió la ANR en Ciudad del Este?
–El Partido Colorado tuvo como representante por mucho tiempo al zacarismo, que en esta última etapa de la cuestión política venía muy golpeado, con una impopularidad del 75% de la ciudadanía de Ciudad del Este con el grupo de los Zacarías, y era el reflejo del Partido Colorado. Y a pesar de que nosotros como Añetete ya lo derrotamos en las internas, no logramos que el candidato de nuestro sector asuma la bandera del hartazgo en contra del zacarismo, y esa bandera le valió a Miguel Prieto que sea el portaestandarte de la lucha contra ese clan.
–Sin embargo es a usted que lo consideran el padre de la derrota en esta primera prueba electoral para el Gobierno.
–No creo. Los que conocen de lo que me fui a hacer a Ciudad del Este era sacar un candidato de Añetete para enfrentar al otro sector de la ANR. No me fui a imponer ningún candidato, hice valer el resultado de tres encuestas en las cuales todos los candidatos medidos reconocieron la voluntad expresada en esas mediciones, y no fue ningún error porque ganamos las internas. La segunda parte de mi responsabilidad era unir a la ANR y lo hice. No hice campaña en las elecciones generales. La responsabilidad o no quizás ya es una cuestión política, pero si quieren que asuma, asumo la derrota, pero no es ninguna derrota personal, es una derrota del partido, la cual nos golpeó mucho.
–¿Tuvo que ver la cuestión interna dentro del partido?
–No pudimos unirnos en un cien por ciento, lo hicimos en un 90%. En las internas tuvimos 38.000 votos y en las generales reprodujimos 31.000, es decir, quedaron 7.000 votos de diferencia. Sectores fanáticos relacionados con el clan votaron en contra o no se fueron a votar. Los fanáticos descontentos del clan Zacarías y también un sector propio que están descontentos con lo que sucede con Ulises Quintana y creen que esa era la manera de llamar la atención.
–Para usted entonces pesó o influyó el clan Zacarías.
–Yo creo que sí. Inclusive creo que el propio Justo Zacarías dijo que mucha gente votó en contra por lo que le pasó a Sandra (McLeod, intendenta destituida). Es decir, es una expresión de una persona calificada que puede manifestar eso y yo creo que así ocurrió.
–¿Qué pasa con el Gobierno? ¿Por qué no se hacen las obras y hay una baja ejecución presupuestaria?
–La semana pasada en la reunión del Consejo de Ministros hicimos una comparación con gobiernos anteriores en el mismo tiempo, y, en general, el promedio es igual o mejor que gobiernos pasados. Sin embargo, la motivación fue exhortarles a los ministros que aceleren su gestión para duplicar el trabajo y las licitaciones porque necesitamos de alguna manera paliar las necesidades que estamos teniendo a nivel regional por el parate que existe en la región desde hace bastantes años en la Argentina o Brasil, y ahora se siente en Paraguay.
–¿Y de qué manera se mitigan esas necesidades?
–Aumentando los recursos del Estado en las obras públicas, por sobre todo. Necesitamos redoblar esa gestión por el problema regional de la economía. Si hacemos una comparación hay mucha mayor adjudicación de licitaciones que en gobiernos pasados.
–La gente en las calles se queja de la falta de circulante y la desaceleración económica.
–Nos está tocando un momento crítico a nivel regional, no es responsabilidad de este Gobierno, falta más circulante es cierto, pero es por el problema regional, nos tocó sequía el año pasado, y ahora los mercados, como Brasil y Argentina, están en una crítica situación, y eso repercute.
–El presidente advirtió días pasados que sacará a ministros que no rinden. Para usted, ¿quiénes son los ministros que deberían irse?
–Yo respeto y estoy de acuerdo con la decisión del presidente de evaluar, él es el presidente y él es el que quita y el que pone a los ministros.
–¿Cuál es su opinión sobre la gestión del Gabinete?
–En general, la gestión del Gabinete es aceptable a bien. Es muy poco tiempo aún. Creo que tenemos que esperar los un año de Gobierno para saber la situación real de cada ministro y de cada ministerio, evaluar los motivos por los cuales tienen mayor o menor ejecución, buscar los motivos reales del porqué su ejecución es menor a otras carteras del Estado.
–Usted es el nexo con el Congreso. ¿Cómo evalúa su gestión hasta ahora?
–Ese es el lugar donde conozco y me siento cómodo. Tengo buena relación con las bancadas y eso ayuda. Casi todos los proyectos del Ejecutivo que entraron al Congreso estamos llevando adelante.
–Usted es permanentemente mencionado de estar involucrado directa o indirectamente en licitaciones de instituciones del Estado. ¿Qué responde a eso?
–Es la primera vez que escucho. Salvo cuando sea a nivel institucional para darle celeridad a la cosa pública.
–¿Piensa pelear por la presidencia en el 2023?
–De ninguna manera. Mi objetivo es acompañar al presidente de la República hasta el 2023. Quiero salir por la puerta grande, no está dentro de mis motivaciones la Presidencia de la República, pero voy a mentir si niego de que si las cosas están dadas positivamente lo podría analizar. Pero no está dentro de mis prioridades.
–Comparte las declaraciones del secretario de la Presidencia de patear las puertas de los ministros que no reciban a los dirigentes de seccionales?
–Es una expresión de que los ministros deben recibirle a la dirigencia de base porque de una u otra manera ese dirigente de base fue el responsable de que ese ministro esté ahí. De hecho, en el léxico político significa que deben recibirles a los dirigentes de base y no ir a sentarse en los ministerios una vez ganada unas elecciones y después se olvidan de los dirigentes.
–¿Cree que Víctor Bogado u otros legisladores acusados de corrupción deben dejar el Congreso?
–Nosotros establecimos dentro del Ejecutivo evitar involucrarnos en las decisiones que tomaran los congresistas, tanto en diputados como en senadores. No emitiremos opiniones. Es una decisión de la política del Gobierno actual de respetar y consolidar las instituciones.
–¿Cuál es el nexo que tiene con el nuevo contralor?
–Es muy amigo mío.