El autor paraguayo más citado en Ciencias Sociales, Ramón Fogel, autor de unos 30 libros y más de cien artículos científicos publicados, en entrevista para ÚH, analiza la historia y evolución de las organizaciones campesinas en el Paraguay y la lucha por la tierra en tiempos de la dictadura stronista y posterior a ella. El fundador del Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI), reconocido por el Congreso Nacional y premiado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), manifestó que la lucha del campesinado evita la colonización brasilera que señaló el propio ministro de Economía de Brasil.
¿Cómo ve usted lo que ha sido la evolución de la lucha campesina en Paraguay a lo largo de estos años?
–La lucha campesina generó y genera espacios de construcción de ciudadanía. Sus reclamos no son estrictamente sectoriales, ya que apuntan a la constitución y funciones del Estado. De hecho, a principios de este siglo, en alianza con sectores sindicales, lograron la derogación de la ley de privatización de empresas públicas. Ciertamente fue una contribución importante; la lucha campesina siguió contribuyendo y sin ella no tendríamos hoy las colonias nacionales que sobreviven.
¿Cómo evalúa la respuesta de la clase política a las demandas que existen de las organizaciones en sus 28 años de marchas a la capital?
–La clase política, que tiene cautivo al Estado, no solo hace caso omiso a las demandas de campesinos paraguayos, sino que más bien pasa a criminalizar esas demandas. La clase política vigente hasta hoy tiene capturado al Estado que protege a muy pocos, y hace oídos sordos al clamor de los paraguayos. Si no fuera por los campesinos se cumpliría lo que plantea un ministro brasileño: seríamos un Estado brasileño.
¿Qué cree usted que significó la dictadura militar del régimen de Alfredo Stroessner para los movimientos campesinos del Paraguay, en ese tiempo?
–Las Ligas Agrarias fueron los que rechazaron con más fuerza las arbitrariedades de la dictadura, y en esa medida fueron aniquiladas a sangre y fuego. Desde 1989, el stronismo reapareció con nuevo rostro, y salvo cortos periodos de tiempo retornó el narco-Estado, que seguiría hasta hoy si no fuera por la intervención de instancias externas. Como antes fueron las movilizaciones contra el stronismo, hoy uno de los antagonistas es el neostronismo.
¿Qué simboliza esta nueva marcha campesina número 28, que ha incorporado a sectores indígenas y urbanos?
–Desafiando temporales, la marcha campesina número 28 sigue construyendo ciudadanía, y significa varias cosas: tierra recuperada de narcos para la reforma agraria, reclamos de un nuevo modelo productivo, de un Estado para todos los paraguayos, políticas para la producción de alimentos ligados a la vida y a un ambiente más sano. Los reclamos incluyen también salud gratuita para todos.
¿Qué opina del pedido de derogación de la Ley Zavala-Riera, y en general, el pedido de descriminalización de la lucha por la tierra?
–Esta ley solo ha dado lugar a abusos de todo tipo, a la aplicación de la violencia estatal en asentamientos no regularizados. Los que deben ser enjuiciados son los jueces y fiscales venales que facilitan la apropiación de tierras de comunidades indígenas y campesinas. La derogación de la ley garrote y la descriminalización de la lucha por la tierra es una necesidad perentoria para evitar una mayor crispación social y un eventual estallido social.
¿En qué medida cree usted que afecta al campesinado la falta de recuperación de tierras malhabidas, y la falta de políticas de Estado de apoyo a la pequeña producción, golpeada en los últimos tiempos por la sequía y el cambio climático?
–La tierra es esencial para la vida de familias campesinas e indígenas y la apropiación ilegal de millones de tierras publicas básicamente durante la dictadura se convirtió en una causa de la concentración de tierras, una de las más altas del mundo. Lo más grave es que esa apropiación ilegal de tierras por parte de agentes del agronegocio sigue hoy ya con complicidad de jueves y fiscales. Esto deja sin medios de vida a familias campesinas e indígenas, y nos afecta a todos, teniendo en cuenta que en los últimos 10 años se duplicaron el valor y el volumen de alimentos importados.
¿Cree usted que existe un conflicto social en el país respecto a la tenencia de la tierra, debido a la alta concentración?
–Un grupo muy reducido controla más del 80% de la tierra, y tiene capturado al Estado para proteger sus privilegios.
ENTREVISTA AL INVESTIGADOR Y DOCENTE RAMÓN FOGEL
La lucha campesina siguió contribuyendo y, sin ella, no tendríamos hoy las colonias nacionales que sobreviven.
La clase política, que tiene cautivo al Estado, hace caso omiso a las demandas de campesinos, y las criminaliza.
Ramón Fogel, investigador y docente.
Organizaciones llaman a votar a reales representantes del pueblo y no más a vendepatrias
La XXVIII Marcha Campesina, Indígena y Popular, como fue denominado este año, se desarrolló en el contexto de lo que denominaron “Lucha prolongada contra toda injusticia”, que fue convocada por la plenaria de organizaciones campesinas e indígenas, y mantuvo movilizaciones en Asunción y varios puntos del país durante 16 días.
Durante el acto de cierre, la secretaria general de la Federación Nacional Campesina (FNC), Teodolina Villalba, instó a las organizaciones a construir proyectos políticos electorales que lleven a los cargos en el Estado a verdaderos representantes del pueblo y no más a vendepatrias.
Cuestionó duramente a los poderes del Estado e instituciones públicas por defender los intereses y privilegios de sectores vinculados a la narcopolítica y el crimen organizado, a la par que criminalizan a la dirigencia campesina que lucha por el derecho a la tierra.
“El Poder Ejecutivo es vendepatria. Todas sus políticas son contra el pueblo y de entrega de nuestra soberanía. Ofrece migajas, asistencialismo y represión para el pueblo y todo para los ricos. Por todo esto, en el 2023, no tenemos que dar ningún voto a estos vendepatrias que nos hacen pasar todas estas injusticias. Y preparémonos para elegir en el 2023 a nuestros verdaderos representantes”, manifestó durante el acto.
Villalba manifestó el jueves que la lucha prolongada llevada adelante durante estas dos semanas de movilizaciones, se tomará un cuarto intermedio, pero que será para reunir aún más fuerza y volver a la lucha por un programa de emergencia nacional.
Los campesinos lograron que el Congreso apruebe la Ley de Emergencia por la Sequía en el país, y esperan lograr que apruebe la derogación de la Ley Zavala-Riera.