La Célula de Información de Seguridad del Gobierno iraquí aseguró en Twitter que varios proyectiles cayeron en un barrio del centro de Bagdad y en la fortificada Zona Verde, así como en la base aérea de Al Balad, en la provincia de Saladino, al norte de la capital. La Célula aseguró que no se produjeron “pérdidas humanas”.
Por su parte, una fuente del Ministerio de Interior iraquí reveló que un cohete de tipo Katiusha cayó en la Zona Verde, donde se encuentran las embajadas extranjeras, incluida la de EEUU, y las sedes gubernamentales, sin provocar daños materiales o personales.
Por otra parte, un oficial de la Policía de Saladino informó que dos cohetes cayeron en la parte meridional de la base de Al Balad e impactaron en almacenes de armas del Ejército iraquí sin causar víctimas, pero sí daños materiales limitados.
El oficial, que pidió el anonimato, señaló que las fuerzas estadounidenses desplegadas en esas instalaciones se declararon “en alerta” y desplegaron drones alrededor de la base después de que se produjera el ataque.
Al Balad es una de las bases más grandes de Irak y en ella hay tropas y asesores de la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington.
ATAQUES. El lanzamiento de proyectiles se da un día después de que EEUU efectuara un “ataque selectivo” contra líderes chiíes en Bagdad, acabando con la vida del comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní, Qasem Soleimani, y del vicepresidente de las milicias iraquíes Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes.
El bombardeo responde a los ataques contra intereses estadounidenses en suelo iraquí, de los que Washington responsabiliza a batallones chiíes respaldados por Irán que actúan bajo el paraguas de la Multitud Popular, como Kata’ib Hizbulá.
Los ataques se repitieron con frecuencia en los pasados meses, pero el pasado 27 de diciembre se produjo la primera víctima mortal estadounidense, un contratista que estaba en una base militar de Kirkuk, norte de Irak.
FUNERAL. Miles de iraquíes, entre ellos algunas autoridades, participaron ayer en Bagdad del funeral del poderoso general iraní Qasem Soleimani, asesinado el viernes último en un ataque estadounidense en Irak, lo cual provocó una nueva escalada entre Irán y EEUU, y en la zona del Golfo Pérsico.
Por temor a represalias, la coalición internacional antiyihadista, liderada por EEUU, redujo sus operaciones y reforzó la seguridad de sus bases en Irak. Asimismo, la OTAN suspendió las misiones de entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes que luchan contra el Estado islámico.
“No a la guerra con Irán”, suena en EEUU
Cientos de manifestantes acudieron ayer a las calles de Washington, Nueva York y otras decenas de ciudades estadounidenses al grito de “No a la guerra con Irán”, tras el asesinato del poderoso general iraní Qasem Soleimani el viernes por orden del presidente Donald Trump.
Unas 200 personas se reunieron ante la Casa Blanca, después de que organizaciones de izquierda convocaran protestas en unas 70 ciudades con los lemas “¡Retirada de EEUU de Irak ahora!” y “¡No a la guerra y a las sanciones contra Irán!”.
“No permitiremos que nuestro país sea arrastrado a otra guerra inconsciente”, gritó un manifestante. También hubo protestas ayer en Chicago, delante del edificio Trump Tower, propiedad del presidente, y en Los Ángeles. AFP